Desde que nacen, los niños deben viajar siempre en el coche sujetos a un dispositivo de retención infantil (SRI) homologado y adaptado a su edad, peso y altura. Estos sistemas pueden ser sillas con arnés y elevadores con y sin respaldo. De esta forma, se garantiza que contarán con la máxima protección en caso de accidente.

La manera de fijar los SRI a los asientos del vehículo es mediante el cinturón de seguridad o el sistema Isofix, que se compone de tres puntos: dos situados entre el respaldo y el asiento del coche, y uno por la parte trasera para evitar que la silla rote.

La Dirección General de Tráfico explica que el uso de las sillitas reduce en un 75 % las muertes, y en un 90 % las lesiones, que frecuentemente son de cuello (hasta los 2 años), de cabeza (entre los 2 y los 4 años), y de abdomen (de 4 a 10 años).

Además, desde el año 2015 la DGT estableció que todos los menores de 12 años con una altura de hasta 1,35 metros deben viajar en los asientos traseros del vehículo, de manera que tienen prohibido hacerlo en el asiento del copiloto excepto en casos puntuales como por ejemplo cuando el coche es un biplaza.

En el caso de los niños menores de 4 años, se recomienda que estos deben viajar en sentido contrario a la marcha para evitar así movimientos bruscos del cuello y el tórax en caso de choque frontal.

Teniendo en cuenta la normativa y las recomendaciones de las autoridades de Tráfico, ¿cuál es el asiento más seguro para los niños? Los expertos coinciden en que no todas las plazas traseras del vehicula cuentan con las mismas garantías de protección ante un accidente. En este sentido, coinciden en que en un coche la plaza más segura es el asiento central de la parte trasera, ya que es la zona que queda más protegida en caso de colisión lateral y del posible volantazo involuntario del conductor, que en caso de un choque frontal siempre tiende a girar de forma instintiva hacia la izquierda.

Además, el asiento trasero central es el que ofrece una mejor visibilidad desde el asiento del conductor, por lo que facilita vigilar al niño.

De esta forma, colocar al niño en este asiento es la mejor opción si dispone de Isofix o bien un cinturón de seguridad de tres anclajes. Sin embargo, esto no es siempre así. Si en el asiento central solo disponemos de un cinturón ventral de dos puntos, y en cambio disponemos de Isofix o cinturón de tres anclajes en las plazas traseras laterales, entonces la mejor opción para llevar a los niños es el asiento derecho, es decir, detrás del copiloto.

La razón es que en las vías de doble sentido el riesgo es mayor en la plaza izquierda en caso de choque con otro vehículo. Además, el asiento trasero derecho es más seguro para realizar las maniobras de subir y bajar al niño del vehículo, ya que estaremos colocados junto a la acera y alejados del tráfico. Además, esta plaza permite también al conductor tener contacto visual con el menor, circunstancia, en cambio, que no permite el asiento trasero izquierdo.