Nuevas evidencias de ADN descubiertas por investigadores de la Universidad de Uppsala y la Universidad de Estocolmo muestran que, realmente, hubo mujeres entre los guerreros vikingos.

Los restos de una tumba icónica de la Edad Vikinga sueca han revelado que la guerra no era una actividad exclusiva de los hombres, y que las mujeres podían ser encontradas en primera línea del campo de batalla.

El estudio se llevó a cabo en una de las tumbas más conocidas de la Edad Vikinga, una tumba de mediados del siglo X en la ciudad vikinga de Birka. El enterramiento fue excavado en la década de 1880, revelando restos de un guerrero rodeado de armas, incluyendo una espada, flechas de perforación de armadura, y dos caballos. También había un juego completo de piezas y un tablero de juego.

La morfología de algunos rasgos esqueléticos ha sugerido desde hace tiempo que era una mujer, pero como esta tumba ha sido el arquetipo de sepulcro de guerrero vikingo durante más de un siglo, se ha supuesto siempre que había pertenecido a un hombre. Ahora, genetistas, arqueólogos y arqueólogos han trabajado juntos y han resuelto el misterio. El ADN recuperado del esqueleto demuestra que el individuo llevaba dos cromosomas X y ningún cromosoma Y.

"Esta es la primera confirmación formal y genética de una mujer guerrera vikinga", dice en un comunicado el profesor Mattias Jakobsson en el Departamento de Biología Organística de la Universidad de Uppsala.

Los análisis de isótopos confirman un estilo de vida itinerante, en sintonía con la sociedad marcial que dominó Europa del Norte entre los siglos VIII a X.

"La presencia de un tablero de juego indica que ella era una oficial de las huestes vikingas, alguien que trabajó con la táctica y la estrategia y podría conducir a las tropas en la batalla. Lo que hemos estudiado no era una valquiria de leyenda, sino un líder militar de la vida real, que fue una mujer", dice Charlotte Hedenstierna-Jonson, de la Universidad de Estocolmo, que dirigió el estudio.

"Las fuentes escritas mencionan a mujeres guerreras de vez en cuando, pero esta es la primera vez que realmente hemos encontrado pruebas arqueológicas convincentes para su existencia", dice Neil Price, profesor del Departamento de Arqueología y Historia Antigua de la Universidad de Uppsala.