Saltar encima del capó de un coche, arrancar una papelera, darle patadas a un contenedor de ropa, dispersar basura por la acera, lanzarse a la carrera contra un portal y destrozar la verja de un garaje usando una papelera a modo de bate de béisbol. Los vecinos de la Ciudad Vieja de A Coruña no dieron crédito a lo que se vivió en la madrugada de este jueves, protagonizado por una quincena de jóvenes ataviados únicamente con sus calzoncillos.

De la novatada de mal gusto pero inofensiva han pasado a la mayor violencia que ha visto en su historia la Ciudad Vieja de A Coruña y las más agresivas expresiones machistas que se han oído. La novatada de inicio de curso que protagonizan alumnos de un colegio de la ciudad desde hace años por estas fechas, que se llaman a sí mismos margaritos, se convirtió en la pasada madrugada en una acción de kale borroka que por primera vez despertó la ira de los vecinos residentes, que pasaron de la resignada comprensión de otros años por este juego de jóvenes a lanzarles gritos desde las ventanas afeándoles su agresividad y su estremecedor machismo.

Unos quince minutos después de la una de la madrugada una quincena de chicos en calzoncillos se puso a los pies del edificio de la residencia femenina de las religiosas de María Inmaculada en la plaza de los Ángeles de la ciudad gallega, para interpretar a las residentes su habitual cantinela de "somos los margaritos, somos los mejores", "tira un tanga", o "inmaculada, hazme una ...". Parecía lo habitual por estas fechas, entre finales de septiembre y principios de octubre que se realiza esta novatada de ir desnudos y lograr que las jóvenes de la residencia religiosa les lancen una prenda interior soportando también que les arrojen cubos de agua, y así hasta que la policía les dispersaba.

Esta vez sin embargo todo fue diferente. Eran menos pero muy violentos. Cogieron las cajas de cartón apiladas junto a los contenedores de basura y las rompieron a trozos, junto con otros residuos que dejaron esparcidos por toda la acera (hoy por la mañana pasó la máquina municipal que limpió la acera con chorro de agua). Los chicos, aparentamente menores de edad, cogían carrerilla bajando una cuesta de la calle y con el impulso lanzaban las piernas contra la verja de cierre del garaje de las religiosas. Así uno por uno, aplaudiéndose, repetidas veces. También le daban patadas y puñetazos.

Uno de ellos saltó encima del capó de un vehículo (negro, detrás de la furgoneta blanca que se ve en el vídeo), y menuda sorpresa se habrá llevado esta mañana el propietario al verlo. Pero la agresividad de los energúmenos aún fue en aumento cuando arrancaron de cuajo una de las papeleras del mobiliario público, la arrastraron por la calle y luego la usaron a modo de bate de béisbol contra la puerta del garaje del edificio, que quedó inservible.

Mientras se sucedía este feroz brote de ira, no dejaron de lanzar improperios como: "No quedará ni una puta sin follar". "Hijos de puta, machistas", fue la réplica de una indignada vecina, un sentimiento que fue generalizado ayer entre muchos de los que asistieron a este bochornoso espectáculo. Después de que varios residentes avisasen a la policía, llegó una patrulla y los jóvenes se largaron a la carrera. Como siempre les acompañan dos (vestidos) que hacen de vigilantes y graban sus hazañas, hoy seguramente las estén visualizando y jaleándose.