Estos días, hemos podido ver en numerosos medios el vídeo de escasos segundos en los que se aprecia una especie de discusión o pelea entre la reina Letizia y Doña Sofía. Este vídeo es especialmente interesante desde el punto de vista del comportamiento no verbal por cuanto está disfrazando una tensión con ciertas connotaciones agresivas detrás de expresiones faciales fingidas y posturas erguidas.

Éste es el vídeo sobre el que hago el análisis:

Las reinas Letizia y Doña Sofía, protagonistas en la misa de Resurrección de Palma

Las reinas Letizia y Doña Sofía, protagonistas en la misa de Resurrección de Palma

Lo primero que nos tiene que llamar la atención es la causalidad. ¿Quién provoca la tensión? He leído a algunos analistas decir que ha sido la niña, la princesa Leonor, y que la reina Letizia no tiene que ver, que pasaba casualmente por ahí, o que es la insistencia de la abuela, Doña Sofía la que incomoda a su nieta. Aquí lo ideal sería tener la escena desde el punto de vista contrario; es decir, que pudiéramos ver la cara de la reina Letizia. Como no es el caso, nos vamos a centrar en los instantes previos a que la reina entre en el campo de visión de las niñas (min. 0'08).

Podemos apreciar que antes de realizar contacto visual con su madre, si bien la princesa Leonor presenta una sonrisa social (sonrisa fingida en la que sólo se mueven las comisuras de los labios, pero no la zona que rodea los ojos), mantiene una distancia íntima con su abuela, inferior a 45cm y no se percibe rigidez en su cuerpo. Por su lado, la infanta Sofía sonríe de verdad y también está en una distancia muy próxima a su abuela. No se percibe rigidez ni tensión en las niñas. Y, para descartar definitivamente la hipótesis de que Letizia no ha tenido nada que ver en el momento tenso que ocurre justo después, vemos a la izquierda de la imagen cómo está enfocado el rostro de la reina hacia el grupo que forman Doña Sofía, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Es decir, Letizia es plenamente consciente en ese momento de la voluntad de la abuela de posar con sus nietas.

Adelantemos ahora dos segundos (min. 0'10). Aquí, vemos cómo la reina ha entrado en el campo de visión de sus hijas, y éstas, automáticamente, miran a su madre, en lo que podríamos explicar como una espera de instrucciones.

Por su parte, aunque Letizia va directa a saludar a una persona en el lado derecho de la foto, es un muy buen indicador la orientación de su cuerpo. No se encara hacia la persona a la que está saludando, sino que le da la mano de lado. Porque en realidad está encarada hacia sus hijas, sabedora de que está dando la espalda a los medios, y por tanto su cara no y las señales faciales o expresiones verbales en voz baja que pueda hacer no serán capturadas por las cámaras. Nótese la cabeza hacia delante de la princesa Leonor, sintomática de interés: está a la espera de instrucciones o comentarios por parte de su madre.

Desde este momento, hasta el segundo 0'15, vemos el andar semi-errático de la reina, buscando mantenerse enfrente justo del grupo de abuela y nietas, pues éstas van hacia la izquierda y luego hacia la derecha de la imagen y la reina hace los mismos movimientos. Está siguiendo el eje del grupo para quedarse justo entre el grupo y los medios, y evitar de este modo la fotografía de doña Sofía con sus nietas. Cuando finalmente se acerca al grupo (min. 0'15), resulta nuevamente muy relevante la orientación de su cuerpo.

A pesar de que la reina Letizia toca el pelo de su hija mayor, su cuerpo está claramente enfrentado al de Doña Sofía, con las caderas hacia delante. En este contexto, nos da una pista sobre la tensión o agresividad de la situación.

Por otro lado, si bien el tacto es el canal de comunicación capaz de expresar la mayor de las ternuras y afectos, en este caso se convierte en un vehículo de territorialidad. La reina está marcando el territorio: "mi hija". No podemos ver si le dice algo a Doña Sofía, porque ha buscado la posición de espaldas respecto a los medios.

Aquí es cuando ocurre el manotazo de la princesa Leonor a su abuela que se ha visto en todos los medios. Pero, si nos fijamos bien, veremos que, previo al manotazo de la niña, Letizia también toca la mano de su suegra. No podemos ver con claridad si hay tensión en los dedos de la reina o el contacto es suave. Pero, en cualquier caso, tocar el pelo de la niña, además de la territorialidad, es una buena excusa para intentar apartar la mano de la abuela.

Observamos también las expresiones faciales en este mismo momento del rey Felipe y del rey Juan Carlos. El rey Felipe deja de sonreir al ver la escena y, mientras habla con su mujer, aprieta los labios, un gesto que suele producirse en la ira (min. 0'17). Por su parte, el rey Juan Carlos muestra sorpresa, elevando el párpado superior y dejando caer levemente la mandíbula (min. 0'18). Está sorprendido por lo que está viendo.

Por su parte, Doña Sofía, muestra primero tristeza al comprobar que su nuera le está impidiendo hacerse la foto (elevación de la parte interna de las cejas), pero, en última instancia (min. 0'21), realiza una expresión facial significativa de desprecio (descenso de los párpados superiores y elevación unilateral de la comisura izquierda).

La conclusión que podemos extraer de este análisis es que la reina Letizia tuvo una conducta motivada, no espontánea, con la intención de no permitir la fotografía de Doña Sofía con sus nietas. Era plenamente consciente de lo que hacía y su intención es el enfrentamiento con Doña Sofía. Para ello, da órdenes a las niñas para que se zafen del abrazo o prensión de su abuela. Doña Sofía, el rey Juan Carlos y el rey Felipe muestran una conducta espontánea, reactiva ante la situación provocada por la conducta de la reina Letizia.

Análisis realizado por Sonia El Hakim López

Analista de Conducta en la especialidad de Comportamiento No Verbal Nº 170930001 por el Criminal Profiling & Behavioral Analysis International Group

Bibliografía:

Ekman, P. (2002). Facial action coding system (FACS). A human face.

Lyman, S. M., & Scott, M. B. (1967). Territoriality: A neglected sociological dimension. Social problems, 15(2), 236-249.