Los delincuentes realizaban falsas promesas de una vida mejor para los pequeños a las familias, que, tras depositar su confianza y sus hijos en manos de la banda, ya no volvían a saber nada de sus infantes.

Éstos eran vendidos posteriormente en las provincias orientales de Henan y Shandong, si bien el rotativo no especificó la finalidad con la que eran comprados los niños.

Sí indicó que uno de los niños, de tres años y medio de edad, fue vendido en Henan por poco más de 6.000 dólares (cerca de 3.782 euros).

A finales de abril, la Policía china liberó a 167 niños vendidos para trabajar como mano de obra barata en régimen casi de esclavitud en fábricas del industrializado sur chino.

Hace algo más de un año, la prensa local destapó el secuestro y venta de cientos de personas procedentes de regiones pobres, entre ellas muchos niños y deficientes mentales, que trabajaban como esclavos en los hornos de ladrillo de la provincia de Shanxi.