Fue imposible no pensar en Chile. Cuando a primera hora de la mañana un seísmo de 6,4 grados en la escala de Richter ha azotado fuertemente el sur de Taiwán, el recuerdo de las trágicas imágenes del país latinoamericano que desde el pasado sábado se repiten en los medios de comunicación ha intensificado el pánico de una población relativamente acostumbrada al temblor de la tierra. El epicentro se ha situado en las montañas de Kaohsiung, a 35 kilómetros de la ciudad de Taitung, en el sudeste de la isla asiática (a 400 kilómetros de Taipei), según informó el Centro Sismológico del Departamento Nacional de Meteorología, la zona más castigada el pasado agosto por el tifón Morakot, que acabó con la vida de 700 personas. El terremoto se ha originado cerca de la ciudad de Jiashia, donde algunos de los refugios construidos para alojar de manera temporal a los damnificados del tifón se han derrumbado, según mostraron los informativos de la cadena televisiva CTI. Por el momento, las autoridades no han comunicado la existencia de víctimas mortales, aunque sí de decenas de heridos y numerosos daños materiales. La misma cadena televisiva informó de que una persona había resultado herida leve al caerle encima restos de escombros, en Kaohsiung, y una mujer tuvo que ser hospitalizada después de que un muro cayera sobre la motocicleta que conducía al sur de Chiayi. En esta misma ciudad, un hombre tuvo que ser atendido por los servicios de emergencias sanitarias al caerle un árbol encima.

Un portavoz del Gobierno anunció el envío de tropas militares a la región afectada para examinar los daños y está previsto que el presidente de la isla, Ma Ying Yeou, también acuda a la zona. El más fuerte de hace más de un siglo. El director del Centro Nacional de Sismología, Ko Kai-Wen, ha descartado la relación de este terremoto con el que el pasado sábado golpeó Chile. No obstante, indicó al ´China Post´ que la intensidad de este seísmo no es habitual y lo calificó como "uno de los más fuertes que se registra desde hace más de un siglo". La isla y sus moradores están acostumbrados a los temblores de tierra, que con frecuencia superan los cinco grados en la escala de Richter y que no suelen causar daños. Los más fuertes que se recuerdan son los registrados en 1999, cuando un seísmo de 7,6 grados causó la muerte de más de 2.300 personas y el de hace tres años, también en Kaohsiung, de 6,7 grados, que provocó graves daños materiales. El seísmo comenzó

a las 8.18 horas de la mañana (1.18 en España) y ha tenido réplicas posteriores de menor intensidad. Los servicios ferroviarios quedaron suspendidos temporalmente por precaución en el centro y en el sur de Taiwán, así como el metro de Kaohsiung, la segunda ciudad más grande de la isla, con más de un millón y medio de habitantes. En la capital, la magnitud ha sido de 2 grados y el temblor ha ido aumentando a lo largo de los aproximadamente treinta segundos que ha durado. Suficientes para mecer la mayoría de los edificios de Taipei, provocar momentáneos cortes de electricidad y telefónicos y alterar los nervios de los más aprensivos.