El Gobierno mexicano confirmó ayer la muerte de Ignacio «Nacho» Coronel, considerado uno de los máximos dirigentes del cártel de Sinaloa, en un enfrentamiento con efectivos del Ejército registrado en el estado de Jalisco, situado en el suroeste del país. Así lo hizo oficial la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena, un organismo equiparable al Ministerio de Defensa en España). Coronel era considerado uno de los narcotraficantes más buscados del país y se le considera estrecho colaborador de Joaquín «El Chapo» Guzmán, uno de los narcotraficantes más destacados a nivel mundial y que, según la revista Forbes, se encuentra entre las 1.000 personas más ricas del mundo.

«Durante la operación, Nacho Coronel intentó evadir la acción agrediendo al personal militar con arma de fuego, causando la muerte de un militar e hiriendo a otro más, por lo que al repeler la agresión falleció el referido capo», informó en rueda de prensa el subjefe de la Sedena, Édgar Ruiz.

En torno a 150 militares apoyados por dos helicópteros localizaron tras varias horas de búsqueda al presunto narcotraficante en la localidad de Zapotan, situada en el centro de Jalisco, y lograron abatirlo. Ruiz señaló que durante el operativo se detuvo a diez personas, entre los que se encuentra uno de los hombres de mayor confianza de Coronel, Irán Francisco Quiñónez, conocido como «Cachas de Diamante».

Asimismo, el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, felicitó al Gobierno mexicano por el operativo en el que murió el capo del narcotráfico. «Demuestra la determinación y capacidad de México para debilitar las redes criminales de los cárteles de las drogas», agregó en un comunicado.

Las autoridades mexicanas consideran que Coronel era un capo en ascenso que en breve habría dispuesto de formar su propio cártel. De hecho, era uno de los máximos responsables del tráfico de metanfetaminas a Estados Unidos, informa el diario El Universal. Hasta ahora el Gobierno mexicano ofrecía una recompensa de 2,3 millones de dólares para cualquiera que pudiera facilitar información que facilitara su captura.

Se da la circunstancia de que este operativo se ha realizado en Jalisco en un momento en que el presidente de México, Felipe Calderón, se encontraba de visita en la zona, por lo que las autoridades han reforzado las medidas de protección al mandatario.

Duro golpe al cártel

La muerte de Coronel representa un duro golpe a la jerarquía del poderoso cartel de las drogas de Sinaloa, similar al que las autoridades dieron hace siete meses con la muerte también de Arturo Beltrán Leyva, rival de los capos de Sinaloa. Estos golpes a las estructuras de los poderosos cárteles mexicanos representan un punto favorable al Gobierno, al sistema de seguridad que ahora, con la muerte de Coronel, tiene «un acierto», dijo a Efe el académico Pablo Monsalvo, especialista en Seguridad Pública. Además recordó que en diciembre pasado fue abatido, en un operativo por infantes de la Marina, en la central ciudad de Cuernavaca, Arturo Beltrán Leyva, quien fue aliado del cártel de Sinaloa pero se distanció de este en 2008 para convertirse en un rival despiadado.

Estos dos cárteles, junto con el Golfo y Los Zetas, son de las principales organizaciones criminales responsables de la ola de violencia que azota a México y que desde diciembre de 2006 se ha cobrado la vida de alrededor de 25.000 personas.