La madre del neonato arrojado a un contenedor en la localidad coruñesa de Ribeira ha declarado ante la policía y el juez que el bebé nació muerto, informaron fuentes de la investigación.

Las pesquisas que dieron lugar a la localización del bebé muerto en el vertedero de la Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama) en Cerceda se iniciaron cuando la mujer, que padece un trastorno psíquico, acudió al médico por una infección.

El juez ha optado por no ordenar la detención de la madre, al tener en cuenta su minusvalía y a la espera de que la autopsia confirme si el bebé ha nacido muerto.

La mujer, de 35 años, vive con su padre, que se encuentra en silla de ruedas, y un hermano también discapacitado.

El alcalde ribeirense, Manuel Ruiz, ha atribuido el suceso "a la situación familiar totalmente desestructurada. Esto causa mucha alarma y es lógico, pero el drama viene de muy atrás, es una familia que tiene muchos problemas", agregó.

El juzgado de instrucción número 3 de Ribeira investiga si el bebé puede ser fruto de una violación y trata de identificar al padre.