Un día después de matar presuntamente a su hermano de 19 años de una sola puñalada en su domicilio de Alicante, el menor detenido por la Policía Nacional no parecía ser aún plenamente consciente del trágico resultado de su arrebato y cuando hablaba de Arkaitz lo hacía como si aún estuviera vivo.

El niño compareció este martes en la Fiscalía de Menores de Alicante y el juzgado de Menores número 3 acordó su internamiento terapéutico en régimen cerrado durante seis meses -prorrogable a otros tres más- mientras se tramita la causa y se celebra el juicio. Los especialistas no apreciaron ayer ningún trastorno mental en el menor, que está tomando medicación para la ansiedad y reconoció los hechos. No obstante, el niño recibirá asistencia psicológica en el centro de Alicante donde ingresó este martes poco después de las tres de la tarde.

El padre de la víctima y del presunto agresor acompañó al menor en el Palacio de Justicia mientras que la madre tuvo que ser sedada y velaba el cadáver de su hijo Arkaitz en el tanatorio, pero sin olvidarse de su hijo pequeño. "Son uña y carne y ella está deseando abrazar a su hijo", indicó este martes un allegado a la madre, quien se lamenta de no haber podido salvarle la vida al joven tras encontrarlo herido de muerte.

Por la tarde, más de medio centenar de personas acompañaban a la madre y al padre en el tanatorio. Además de familiares, al velatorio acudieron profesores y alumnos del Colegio Médico Pedro Herrero, donde estudió la víctima y donde estudian sus dos hermanos. "La madre es una mujer valiente y seguro que va a poder salir adelante a pesar de esta desgracia", indicó un amigo de ella.

La madre nunca podría haberse imaginado el desenlace de la disputa que mantuvieron el pasado lunes por la mañana dos de sus tres hijos mientras ella se encontraba en su habitación. La pelea se originó poco antes de la una del mediodía por un motivo banal, un cachorro de perro de menos de tres meses que le regalaron recientemente al niño de 14 años, ya que a uno de los dos hermanos al parecer no le gustaba. El menor cogió un cuchillo de cocina y le dijo a su hermano "a que te lo clavo". Arkaitz le contestó que no tenía valor y a continuación recibió la puñalada mortal en el corazón.

Tras escuchar un desgarrador gritó salió al pasillo y se encontró a Arkaitz tumbado boca abajo y sangrando abundantemente. En un rincón del pasillo estaba inmóvil su hijo pequeño, quien al verla le dijo "¡Mamá, mira lo que he hecho!". La madre le dijo que fuera corriendo a llamar una ambulancia -en uno de los pisos inferiores viven sus abuelos maternos- y ella trató sin éxito de reanimar a Arkaitz, pero la herida era mortal.

La disputa también alertó a vecinos del inmueble, que llamaron a la Policía Nacional. Agentes del Grupo de Motos de la Brigada de Seguridad Ciudadana llegaron con rapidez al número 37 de la calle Antares y al acceder al inmueble se encontraron al menor que salía. El niño les confesó que estaba harto y cansado de que le molestara y pegara su hermano y dijo que creía que le había apuñalado.

Un "arrebato" fue la expresión usada este martes por muchas personas vinculadas a esta familia para tratar de encontrar una explicación a la reacción del hermano pequeño del fallecido.