La técnica de laboratorio Elisabeth Kratochvil ha confesado al comité ético que estudiaba las conclusiones del "Informe Reflex" que había manipulado algunos datos. Pero no fue la única, ya que uno de sus máximos responsables, Hugo Rudinger, hizo público un comunicado en el que asegura que hasta ocho documentos que informaban sobre los daños celulares de ADN por los teléfonos móviles "deben de ser retirados".

La investigación fue realizada a raíz de las preocupaciones expresas por un grupo de científicos austriacos que concluyeron que "el análisis crítico de los datos revelan peculiares errores de cálculo e incoherencias estadísticas manifiestas".

Las alertas sobre este presunto fraude venían de lejos. El toxicólogo Alexander Lerchl, de la Universidad de Jacobs (Bremen) dijo que hace un año escribió al rector de la Universidad Médica de Viena formulando preguntas sobre lo que parecía ser una "evidente manipulación de datos" del "Informe Reflex" . El prestigioso toxicólogo sugería que se habían utilizado métodos estadísticos "inapropiados", alguno de los cuales parecían ser "estadísticamente imposibles".

Esta información coincide con el pronunciamiento del Consejo federal Suizo, del pasado mes de junio, que dio a conocer un informe en que concluye que "no existen evidencias científicas que debieran establecer restricciones de uso del móvil por parte de los niños menores de 14 años". En el estudio se señala que "es tarea exclusivamente de los padres quienes deben decidir si sus hijos deben tener o no un teléfono móvil".