Hasbro, la segunda compañía de juguetes en el mundo, presentó una demanda el jueves en el distrito sur de Nueva York contra los creadores de Scrabulous porque considera que violaron los derechos de propiedad intelectual de su juego Scrabble.

Hasbro posee los derechos de Scrabble en América del Norte, dijo un portavoz, pero su rival, Mattel Inc, tiene los derechos del popular juego de mesa en el resto del mundo.

La demanda de Hasbro está dirigida contra los creadores de Scrabulous, los hermanos Rajat Agarwalla y Jayant Agarwalla, que residen en Calcuta, y contra RJ Softwares, un proveedor de soluciones de tecnología de información.

La acción judicial identifica a RJ Softwares como artífice del lanzamiento de Scrabulous en 2006.

"Consideramos la aplicación Scrabulous como una clara y flagrante infracción de nuestra propiedad intelectual del Scrabble", dijo un abogado de Hasbro, Barry Nagler, en un comunicado.

Hasbro, también pidió a Facebook, en una carta, que retire ese juego de su oferta de aplicaciones.

Como el tradicional Scrabble, conocido en España como Intelec, Scrabulous reta a los participantes a formar palabras lo más largas posibles con un número dado de letras.

La aplicación seguía activa hoy mientras aumenta en la red Facebook el número de seguidores de Scrabulous que rechazan la demanda de Hasbro y piden firmas en su contra.

Hasbro y la productora de juegos de video Electronic Arts lanzaron hace dos semanas una versión autorizada del pasatiempo Scrabble para Facebook, pero los usuarios de esta red han seguido utilizando la versión de Scrabulous.

Ese juego atrae cada día medio millón de visitas con los consiguientes ingresos publicitarios para Facebook, en cuanto la versión oficial del Scrabble solo ha logrado registrar unos 10.000 jugadores diarios.

Desde hace un año, Facebook permite, a programadores ajenos a la empresa, diseñar aplicaciones como Scrabulous, que los usuarios pueden añadir a su perfil, y quedarse con los ingresos publicitarios que generan.

Ya se han creado miles de aplicaciones, que van desde sistemas de recaudación de fondos para causas humanitarias hasta juegos absurdos, como un programa para enviar mordiscos virtuales a otros usuarios y convertirlos en zombies.