La llegada de Rikard Palm al trabajo, después de su periodo estival con su nuevo bigote, no gustó demasiado a la audiencia. El cambio de 'look' se produjo en un escaso periodo de una hora y media, ya que salió ante las cámaras con bigote a las 18.00 horas para presentar un avance y en la emisión del noticiario a las 19.30 horas ya no lo tenía. "Los teléfonos no paraban de sonar. Todos estaban muy enfadados. Es increíble que la gente pueda reaccionar así por un bigote", dijo Palm al diario digital.

El programa se emite en la cadena sueca pública SVT. Al igual que ocurre en Reino Unido, en Suecia los espectadores pagan una licencia para ver la televisión por lo que parece que se ha cumplido con la máxima comercial de 'el cliente siempre lleva la razón'.