Aunque el club anunció hace mes y medio el fichaje del técnico vasco y ex preparador del Almería, Unai Emery, como nuevo entrenador del equipo, lo que supuso la primera novedad para la presente campaña, el Valencia 2008-2009 empieza a partir de la llegada de Villalonga.

Hasta el momento, Juan Villalonga no ha dado a conocer sus líneas de actuación y se ha limitado a indicar que su objetivo es hacer un equipo campeón, un lema ya escuchado en el entorno del valencianismo hace más de una década.

Aunque se desconocen los detalles del acuerdo suscrito entre el club el nuevo gestor, la llegada de Villalonga al club de Mestalla conllevará nuevos planteamientos y supone el inicio de un nuevo ciclo y el final de la "era Soler", que se ha prolongado durante los últimos cuatro años.

Los detalles del nuevo modelo de gestión del Valencia apenas se han apuntado, pero una de las características que, a priori, más llaman la atención es la decisión de disociar la propiedad de la entidad de su gestión, práctica que se ha producido con una cierta frecuencia en algunos clubes europeos, pero con muy pocos antecedentes en la dinámica de los clubes españoles.

Lo que en un principio se planteó como una negociación que podía haberse resuelto incluso con la compra por parte de Villalonga del paquete accionarial mayoritario del club, en manos de Soler, ha finalizado con una nueva fórmula que deja abierta cualquier posibilidad, incluso la de la adquisición en conjunto o de forma paulatina de las acciones que posee Soler.

La etapa de Juan Soler en el Valencia ha durado cuatro años y ha estado marcada por una incorporación paulatina por su parte a los puestos de mayor responsabilidad y también por un alejamiento también progresivo de las funciones de mayor gestión y representatividad en el club.

Soler adquirió su paquete accionarial por un importe superior a los treinta millones de euros a Francisco Roig, ex presidente del club y en ese momento máximo accionista, en junio de 2004, e inicialmente asumió la vicepresidencia del club.

Sólo tres meses después, en octubre de aquel año, optó a la presidencia, puesto en el que sustituyó a Jaume Ortí, que la había ocupado en los años anteriores, en los que Valencia sumó alguno de los primeros títulos obtenidos en el tramo inicial del siglo XXI.

El alejamiento de Soler del club también se empezó a gestar de forma progresiva, a partir de una primera decisión adoptada como consecuencia de sus problemas de salud en diciembre de 2007, de no acudir a presenciar partidos de fútbol en directo.

Más tarde, al margen de apenas comparecer en público como máximo responsable del club, completó su alejamiento con la decisión de renunciar a la presidencia de la entidad.

Fue el 12 de marzo y su puesto fue ocupado por uno de los vicepresidentes del club, Agustín Morera, quien tuvo la posibilidad, un mes después, de vivir en el cargo la obtención de la Copa del Rey tras cuatro años en los que el club no había logrado títulos, aunque había recibido el galardón de mejor equipo del Mundo en 2004.

El cambio en el rumbo del club coincide prácticamente con el inicio formal del trabajo de pretemporada en el primer equipo, ya que la vuelta del grueso de la plantilla está formalmente fijada para el próximo lunes día 14.