Los Juegos Olímpicos de Pekín podrían ser recordados, más que otra cosa, por el abuso del uso de Viagra y otras sustancias legales entre los atletas, según le manifestó un importante científico australiano especializado en deportes a la radio nacional australiana.

Robin Parisotto, principal científico involucrado en el desarrollo de un test para descubrir la EPO, dijo que las drogas legales, incluyendo Viagra y medicinas "psicológicas", también pueden mejorar el rendimiento físico de los atletas.

La Agencia Mundial Antidopaje (WADA) está considerando incluir Viagra en la lista de drogas prohibidas, pero la decisión no se tomará hasta después de los Juegos de Pekín.

"Pekín será recordada, probablemente, por el abuso de drogas legales tales como Viagra", le dijo Parisotto a ABC. "Cualquier actividad psicológica que dure más de dos minutos podría ser tan beneficiosa como el Viagra o cualquier dopaje normal", añadió el especialista.

Parisotto, un ex científico del Instituto Australiano del Deporte (AIS), indicó que Viagra tiene los mismos beneficios de un dopaje de sangre porque abre las arterias y las venas, "y no sólo las partes privadas".

Pero, de acuerdo a Parisotto, Viagra no es la única medicina legal que puede mejorar el rendimiento físico de los atletas: drogas utilizadas con propósitos psicológicos pueden ayudar a los atletas a conseguir una ventaja mental. "En el deporte muchas veces se llega a la batalla de la voluntad, y cuando un atleta se fatiga se vuelve confuso y su juicio no es tan bueno", destacó.

"Entonces, usar una droga que mantenga la mente clara y enfocada es ciertamente otra área de uso de drogas que beneficia a los atletas", concluyó.

Los monjes rezan por los JJOO. El Templo de Shaolin, habitado por monjes guerreros y considerado la cuna del kung fu, se volcará en los Juegos Olímpicos y su maestro de entrenamientos reza por que la ceremonia de inauguración vaya bien.

"Voy a rezar por la gala deportiva, que debería ser una oportunidad para la paz y la amistad", señaló Shi Yanlu, maestro de entrenamientos del Templo. Shi fue enviado al Templo de Shaolin cuando todavía era un niño y soñaba con convertirse en un maestro del kung fu, lo que logró después de un año de vida ascética y labores domésticas para demostrar que era merecedor de tal honor. "Se necesita un espíritu de perseverancia para convertirse en un buen monje o un buen atleta. Es lo mismo", dijo.