El Sporting logró la permanencia en Primera División al superar a un Recreativo que se adelantó en el marcador y sembró el desconcierto en jugadores y aficionados, que al final del encuentro no pudieron contenerse e invadieron el campo en una improvisada fiesta que a punto estuvo de convertirse en un drama.

La afición del Sporting esperaba a un Recreativo de Huelva poco menos que un figurante sin frase pero los onubenses quisieron apoderarse del papel protagonista y no sólo fueron mucho mejores que los locales en los primeros 45 minutos sino que marcaron un gol que situaba al equipo gijonés en Segunda.

El equipo de Preciado no dio una a derechas en toda la primera parte con un centro del campo inexistente y una defensa tan nerviosa como en sus peores tardes y el resultado fue que ambas combinaciones permitió a un equipo ya descendido jugar casi a placer dominando el balón y el tiempo del partido.

En un balón bombeado Martin y Gerard saltaron a por él y el delantero recreativista parece que hizo falta pero Iturralde González no señaló nada y el turno disparó desde 24 metros, raso y pegado al poste, superando la estirada de Cuéllar. Mazazo a los 24.000 espectadores. Se oyeron gritos contra Gerard y Míchel, que no tenían su tarde.

Al borde del descanso la grada pidió un penalti por mano de Quique Álvarez a tiro de Diego Castro, pero el árbitro, situado a escasos metros, no lo señaló.

La salida del Sporting en la segunda mitad nada tuvo que ver con la del inicio del partido y el acoso a la meta de Riesgo fue total con dos ocasiones de Diego Castro a las que respondió Riesgo con dos grandes paradas.

La grada volvió a empujar. En uno de los ataques, el balón llegó a Barral, que lanzó un tiro cruzado al que no llegó el portero onubense. El empate devolvía al Sporting a Primera.

Con los rojiblancos celebrando el gol la grada estalló de nuevo al oír por la radio gol en Pamplona, pero la realidad supuso el segundo mazazo de la tarde porque el que marcaba era el Osasuna y la vuelta sportinguista a Primera duró dos minutos.

En ese carrusel de infartos el siguiente estallido lo provocó un canterano, Luis Morán, que acaba de saltar al campo y en una jugada calcada a la de Barral se internó, dribló a su par y chutó cruzado, superando a Riesgo y devolviendo a su equipo a la máxima categoría.

En el 72´ Martin remató fuera cuando lo más fácil hubiera sido marcar, ya que estaba solo. El último cuarto de hora prácticamente no se jugó porque las interrupciones fueron constantes y aunque el ´Recre´ lo intentó, pero sin crear peligro. Con el pitido final, hubo invasión del terreno de juego.