Para puntuar en el Santiago Bernabéu hay que cometer cero errores. Cualquier mínimo atisbo de duda, tanto en la línea de atrás como en ataque, te mata. Y, si en el caso del Málaga de ayer, gozas de al menos un par de oportunidades para subirte a las barbas del gigante blanco, al final te queda un resquemor por dentro, ése que entra cuando desperdicias una ocasión que llega muy pocas veces en la vida.

Quizás a este Málaga le llegó pronto un partido como el de anoche, con varios integrantes del once algo imberbes, pero que aún así puso en apuros al todopoderoso Real Madrid.

´Chapeau´ para el Málaga de la primera media hora, que incluso provocó los pitos en el Santiago Bernabéu. Con el canterano Dani Toribio en la función de ´stopper´, por delante de la defensa, y una línea de cuatro con dos mediapuntas que gustan del toque, Fernando y Benachour –con Javi López por la derecha y Duda por la izquierda–, el conjunto dirigido por Muñiz tuvo contra las cuerdas al conjunto blanco.

Incluso el bloque albiceleste mereció ponerse por delante en el marcador, no sólo por asfixiar la línea de creación del equipo blanco, sino porque envió un centro de Duda al larguero tras pegar en Xabi Alonso.

Cristiano Ronaldo-Kaká-Benzema, que intercambiaban sus posiciones –sobre todo, los dos primeros– eran meras sombras sobre el césped. Sencillamente, porque el cuadro malacitano había aprendido de memoria cómo frenar las acometidas del rival, que salió ansioso por recortar la diferencia de ocho puntos del Barça.

El Málaga era mejor. Robos continuos de Toribio, aperturas a las bandas y contraataques con buen criterio hasta el punto de que el público blanco tenía el miedo en el cuerpo. Caicedo era el único malaguista que parecía en otro sitio, bien por falta de compenetración con sus compañeros, porque no supo leer el partido o bien porque no estaba a la altura de un choque de estas características –sólo el tiempo dirá si tiene calidad–.

Sin embargo, el sueño se evaporó en tres minutos, del 36´ al 39´, en esos instantes llamados psicológicos, en los que la afición malaguista, que se hizo notar en las gradas pese a la enorme diferencia, esperaba llegar al descanso con la merecida igualdad.

La tremenda calidad de Cristiano Ronaldo, que llevaba cuatro partidos sin marcar –como recordó hasta la eternidad la prensa madrileña– puso la diferencia. Una acción de pizarra entre Guti, Benzema –en el vértice derecho del área–, Kaká y CR9 se convirtió en el 1-0, ante la impotencia de una zaga visitante que sólo podía aplaudir. El 2-0 no se hizo esperar, tras aprovechar con un derechazo Cristiano Ronaldo un pase entre líneas de Guti.

Ahí se acabó el Málaga, como se hubiera ido del choque cualquier equipo. El sueño duró 35 minutos, precisamente el guarismo que tiene en la espalda Javi López, que con el empate a cero gozó de una inmejorable ocasión. El extremo del Puerto de la Torre mando una vaselina, con la portería contraria totalmente vacía, que Casillas despejó con la cabeza desde la frontal del área. Aunque suene a tópico, es una verdad como un templo: el que perdona, la paga. Y más frente a un Real Madrid sediento de gol y de puntos, que no supo hincarle el diente al Málaga hasta que decidió jugar, en cierta medida, por las bandas, contrario al estilo de Manuel Pellegrini.

Entró Forestieri (19 años) por Javi López, desplazando a Fernando a la banda derecha, aunque enseguida ocupó el flanco diestro ´El Topa´. Y al momento entró el jovencísimo Juanmi, de 16 años, coineño. Ahí es nada. Y a falta de un cuarto de hora, el paleño Portillo (19 años), tras romperle el tabique nasal Cristiano Ronaldo a Mtiliga, por lo que fue expulsado con total justicia. 15 minutos para meterse de nuevo en el partido. Pero para eso hacía falta un gol. Y a Forestieri le sobraba un regate, al igual que a Fernando.

Con uno más –Duda de lateral izquierdo tras la ausencia del holandés–, debían jugar un papel preponderante los laterales, Jesús Gámez y el luso, sin olvidar el desparpajo arriba de Portillo, Forestieri y Juanmi. No pudo ser, pero ya me hubiera gustado ver este partido al final de la presente campaña, con estas joyas más consolidadas en la máxima categoría del fútbol español.