Tradicionalmente, noviembre era un mes negro para el Málaga de Joaquín Peiró. Y era noviembre de 1999, en la temporada del estreno en Primera División para el Málaga CF.

El veterano técnico madrileño estaba contra las cuerdas. Era la jornada undécima. El equipo blanquiazul estaba en puesto de descenso, a dos puntos de la salvación –decimoctavo– tras haber encadenado siete partidos seguidos sin ganar. Y la visita al Camp Nou se antojaba una misión imposible. Pero el Málaga no sólo venció, sino que incluso convenció. Con goles de Agostinho y Valcarce, el conjunto de Martiricos dio la campanada que nadie esperaba, al contragolpe, en un derroche de concentración, sacrificio y eficacia.

Joaquín Peiró, una década después, rememora la hazaña. Desde su vivienda cercana al Parque del Retiro de Madrid, el entrenador, ya jubilado desde hace algunos años, no puede olvidar un partido que está grabado en la retina y en la memoria de los aficionados albicelestes.

"Aquel partido fue la gloria para nosotros. Sabíamos que era muy difícil. No recuerdo con exactitud el puesto en el que estaba el equipo, pero sí que supimos reaccionar cuando peor estábamos", recuerda Peiró.

El entrenador encuentra una similitud entre aquel Málaga y el actual. "Este Málaga también ha sabido salir de los momentos más difíciles. Al equipo de ahora le está pasando lo mismo", expone convencido.

Joaquín Peiró sigue la trayectoria del Málaga, ve los partidos siempre que puede. "Por supuesto que sigo al Málaga. No está en la UEFA ni en la ´Champions´, pero ha salido del abismo. Tengo muchísimos buenos recuerdos del equipo y de la ciudad. Hubo fortuna, pero también buen juego", comenta con la sinceridad que le caracteriza.

Incluso está seguro Peiró de que hoy el Málaga podría volver a sumar los tres puntos. "Hasta que el árbitro no pita el final, no se puede dar nada por perdido. El Málaga tiene un equipo completito, pero hay que ser sensatos y saber que enfrente está el Barcelona, este Barcelona", recalca.

Enemigo de las comparaciones, no será él, Joaquín Peiró, quien las haga. No obstante, sí quiere dejar claro que "el Barça nunca ha tenido a jugadores de esta talla, como Xavi e Iniesta". "No digo que sean mejores, pero sí diferentes", apostilla quien ha vivido casi medio siglo de fútbol entre su época de jugador (ganó la Intercontinental) y de entrenador (llevó al Málaga a cuartos de final de la Copa de la UEFA).

El ex técnico malaguista no está seguro si es una garantía sumar un gol en los primeros compases del encuentro o hacerlo más adelante. Nunca se sabe.

"Nosotros marcamos pronto. Pero si te adelantas en el marcador, normalmente sufres bastante, porque el contrario, además de la calidad que tiene, sabe reaccionar y tienes que mantenerte en una buena línea de fuerza y juego".

Aunque, lógicamente ya no queda ningún jugador de su época en la plantilla malaguista, sí le enorgullece que haya varios de ellos en la estructura del club, tales como el propio Fernando Sanz (presidente), Sandro (adjunto a la dirección deportiva), Valcarce (delegado del equipo), Dely Valdés (segundo entrenador) y Contreras (entrenador de porteros en las categorías inferiores).

"La verdad es que es una alegría que todavía haya antiguos jugadores de mi época en el club. Están en el sitio que ellos quieren. Y trabajar en un equipo como el Málaga es una prioridad para ellos frente a otros clubes".

Joaquín Peiró no descarta regresar a la Costa del Sol en los meses venideros para saludar a viejos amigos, aunque la adversa climatología le echa para atrás en estos momentos.

"A ver si voy en primavera. Ahora tenéis mucha agua. Esperaré a que deje de llover, y entonces bajaré a Málaga", concluyó Peiró, el entrenador con el que el Málaga ha llegado más lejos y con el que el equipo blanquiazul venció en el Camp Nou. Es el único entrenador del Málaga CF que lo ha logrado hasta la fecha. Y ya ha llovido desde entonces.