Rafa Nadal, segundo favorito, inició su participación en el Masters 1.000 de Madrid con una victoria sobre el ucraniano Oleksandr Dolgopolov, 62 del mundo, por 6-4 y 6-3.

Finalista el pasado año ante el suizo Roger Federer, Nadal regresó a la pista central de la Caja Magica para derrotar a su joven rival, que venía de la fase previa, en una hora y 26 minutos.

Nadal, campeón esta temporada en los Masters 1.000 de Montecarlo y Roma, se enfrentará ahora en octavos de final contra el gigante estadounidense John Isner (dos metros y seis centímetros) finalista en Belgrado el domingo y a quien Rafa considera uno de los mejores sacadores del mundo, que derrotó al colombiano Santiago Giraldo por 1-6, 7-6 (6) y 6-2.

Dolgopolov resultó ser un rival más complicado de lo que el propio Nadal esperaba. A pesar de su cara de niño inocente, con coleta incluida, y su cuerpo, no tan atlético como el de Manacor, Oleksandr ofreció su imagen de tremendo luchador y una dura resistencia al cuatro veces ganador de Roland Garros.

Con los madridistas Raúl, con muletas, Cristiano Ronaldo, y el ex jugador Zinedine Zidane, entre otros, en las gradas Nadal tuvo que emplearse a fondo ante un rival que nada tenía que perder, y que intentó con desparpajo atraer al actual número dos cerca de la red.

Nadal tardó algo más de lo previsto en manejar el partido, pero su experiencia y ese récord este año en tierra batida, con 11 partidos, 11 victorias, y con 165-6 desde el 2005 en arcilla, pesó demasiado en su joven adversario, que desde que encajó un formidable derechazo del español en el séptimo juego del segundo set, cayó en picado.