El malagueño Christian Jongeneel Andérica volvió a sorprender la semana pasada con una hazaña que está a la altura de muy pocos deportistas. El nadador, como cada verano, se plantea un intrépido reto para saciar su espíritu aventurero. En esta ocasión, la gesta consistía en alcanzar la isla de Berlengas desde la localidad portuguesa de Peniche, un trayecto de quince kilómetros que ningún nadador había alcanzado hasta ahora.

Esta aventura era algo que Jongeneel tenía en mente desde hacía unos años y que aún no había podido asaltar. Por ello, este año se lo planteó. Y junto a su amigo y nadador portugués, Miguel Arrobas, los dos decidieron ponerse manos a la obra y preparar el peligroso proyecto, que ningún otro nadador había logrado completar. Ambos decidieron que el pasado 7 de agosto era el día indicado para completar la travesía.

No fue nada fácil lograr llegar a la isla de Berlengas (una de las siete maravillas del país vecino). El agua estaba realmente fría, entorno a los catorce grados y Christian, como en él es habitual, ni siquiera utilizó el traje de neopreno. La fuerza del mar tampoco ayudó. Las olas en la costa de Peniche (una de las mecas del surf) rondaban los dos metros de altura, lo que dificultó en exceso el primer tramo de la expedición.

Tras 15 Kilómetros y 5 horas y tres minutos Jongeneel y Arrobas alcanzaban la playa de la isla de Berlangas, donde les esperaban una gran representación de la población local.

No es la primera hazaña que realiza este valiente nadador, ni será la última. Este ingeniero técnico forestal ha completado gestas que están al alcance de pocos deportistas de elite.

Uno de los retos más increíbles que ha logrado este malagueño de padre holandés es cruzar el Estrecho de Gibraltar ida y vuelta, una auténtica osadía por las fuertes corrientes que confluyen entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico. Algunos han conseguido alcanzar las costas africanas a nado, pero hacerlo y volver a la Península es algo que está al alcance de unos pocos elegidos, y más si se hace con uno de los mejores tiempos certificado por la Asociación del cruce a nado del estrecho de Gibraltar con 9 horas y 59 minutos.

Otro de los grandes desafíos completados por Jongeneel fue el cruce del Canal de la Mancha, que separa la costa francesa de las Islas Británicas. El desafío comenzó en la localidad inglesa de Dover, lugar de partida, con dos semanas de entrenamientos para aclimatarse a las condiciones extremas del mar por esas latitudes. Fueron más de 30 kilómetros de travesía que culminó con éxito.

El año pasado no pudo completar ningún desafío extremo, ya que a última hora tuvo que cancelar el proyecto de nadar desde la isla de Mallorca hasta Menorca, de unos 30 kilómetros de distancia. La falta de una asociación en las islas Baleares que facilite a los nadadores acometer un desafío como éste frenaron el proyecto. Aunque Jongeneel no se olvida de él.

Próxima aventura

El verano que viene, Christian viajará a Nueva Zelanda para alcanzar su nuevo reto. Se trata de cruzar a nado el Estrecho de Cook, que separa las dos islas que forman este bello país del Pacífico.

El malagueño se desplazará a Wellington, capital del país de las antípodas durante veinte días para tener margen suficiente para lograr su propósito. Algo francamente complicado, ya que los cambios climatológicos y la temperatura del agua pondrán en riesgo el ambicioso reto.

Sólo 74 personas han logrado completar los 26 kilómetros que distan ambas islas, por lo que, unidos a las fuertes corrientes y a los peligros del mar (el trayecto está infestado de tiburones y medusas) hacen de esta aventura una de las más arriesgadas en las que Jongeneel se haya visto inmersas.