La selección española de balonmano arrancará su participación en el Campeonato del Mundo de Suecia con un sencillo compromiso ante la débil Bahrein, que permitirá a los de Valero Rivera seguir afinando la puesta a punto para posteriores encuentros.

La abrumadora diferencia de potencial entre ambos conjuntos garantiza prácticamente el triunfo del equipo español, que tratará de lograr la máxima renta de goles, un factor que puede ser determinante a la hora de deshacer posibles empates en la lucha por el acceso a la segunda fase.

Asimismo, el seleccionador español tendrá la posibilidad de dar minutos a los jugadores menos habituales, un elemento clave en un torneo en el que el campeón tendrá que disputar diez partidos en apenas diecisiete días.

Un esfuerzo, que incitará al combinado español a no malgastar fuerzas en un duelo, que apenas permitirá sacar conclusiones para los siguientes choques con Túnez y Alemania, dos encuentros que Rivera no dudó en calificar de claves para conocer el devenir de la selección en la cita mundialista.

La debilidad del cuadro árabe, que debutará en Suecia en un Campeonato del Mundo, impedirá, tan siquiera, que la previsible goleada sirva para reforzar la moral del equipo español, consciente de que Bahrein contará por derrotas todos sus encuentros del grupo A.

El entusiasmo parece ser el único argumento del conjunto dirigido por el danés Ulrik Kirkely, en el que destaca la figura del veterano capitán Said Jawhar, autor del milagroso gol que dio el pasaporte mundialista a la bahrainíes en la última Copa de Asia.

Un milagro que el pequeño país del Golfo Pérsico tendrá imposible repetir en Suecia, donde parece condenado a pelear por las últimas plazas de un torneo, que ocurra lo que ocurra mañana en Kristianstad ante España será histórico para el equipo árabe.