Con sólo ocho años se enfundó su primer kimono. Fue su padre quien le animó a probar en el judo y hoy, 26 años después, es su modo de vida. Juanma Prados Macías tiene 34 años y es profesor de judo en varios colegios y escuelas de la provincia. Pero no todo ha sido coser y cantar. Juanma estudió FP de automoción y al terminar descubrió que no quería dedicarse a eso y que lo que realmente le gustaba era el judo. Era un deporte que ya por aquel entonces conocía muy bien. Pero como entrenador no lograba ganarse la vida, así que durante muchos años compaginó su faceta de entrenador con la de reponedor en un supermercado.

Su historia con el judo empezó en su infancia. A los 13 años empezó a competir y entre los 15 y los 27 logró varios campeonatos de Andalucía, además de varias finales en Campeonatos de España. Incluso cuando hizo la mili se alzó campeón de España militar. Le gustaba y tenía lo necesario para convertirse en un gran judoca.

Pero a los 19 años decidió que más que competir, lo que le llenaba era llevar a otros deportistas a las competiciones y entrenar. Entonces se sacó la titulación de entrenador de judo. Ahora es cinturón negro cuarto dan, además de árbitro autonómico, aunque en los últimos tiempos no consigue sacar tiempo para arbitrar, y seleccionador del equipo andaluz infantil y cadete.

Juanma trabaja con cerca de 250 alumnos con edades comprendidas entre los 4 y los 50 años todos los días de la semana. En su apretado plan diario hay hasta 8 horas de clases los martes y los jueves o cinco los lunes, miércoles y viernes.

Sus horas de trabajo tienen muchas recompensas para él, aunque una de las cosas con las que más disfruta es con el éxito de sus alumnos. Una de sus pupilas es la malagueña Cristina Casas, que el año pasado se alzó quinta del mundo júnior.

Cristina es una judoca con un presente y un futuro prometedor y Juanma suele acompañarla a los Europeos y a las Copas de Europa. Pero esta brillante malagueña es sólo un ejemplo, ya que Juanma cuenta entre sus alumnos con varios campeones de Andalucía y varias medallas nacionales e internacionales.

Precisamente una de las metas de este entrenador que durante muchos años trabajó como reponedor en un supermercado para poder vivir, es ahora llevar a alguno de sus alumnos a unos Juegos Olímpicos. «Mi meta personal es conseguir ser cinturón negro sexto dan, pero si me preguntas por mis alumnos, mi gran ilusión sería que alguno de ellos llegase a competir en unos Juegos Olímpicos. Trabajamos para eso todos los días», cuenta.

«El trato con los deportistas y los viajes son otras de las cosas fantásticas que tiene mi trabajo», confiesa Juanma, que tiene alumnos de todas las edades y que en la actualidad da clases en el Colegio Salliver de Fuengirola, el Polideportivo de Benalmádena, el Colegio Ciudad de Jaén en Churriana y en el Pabellón de la Universidad de Málaga. «Son muchas horas pero hago lo que me gusta y soy afortunado por eso», termina este malagueño, que ha sabido dar los pasos adecuados hasta convertirse en el entrenador que siempre ha querido ser. Los Juegos Olímpicos son su gran reto. Y a sus 34 años tiene toda una vida por delante para ver a alguno de sus alumnos en la mayor competición del mundo.