Sufridor, luchador y sereno, Nico Almagro salió victorioso de su duro partido ante el segundo jugador más alto del torneo, el estadounidense John Isner, el mismo día que Guillermo García-López se despidió de Wimbledon y David Ferrer se fue a dormir con una remontada pendiente.

Afortunado por poder resolver su partido instantes antes de que muchos fueran aplazados por falta de luz, el murciano, número quince en el ránking mundial y decimosexto cabeza de serie en el torneo, se colocó en la tercera ronda, no sin antes sufrir (7-6 (3), 7-6 (5), 6-7 (5) y 6-3).

Su próximo rival, el sábado, será el ruso Mikhail Youzhni, que derrotó al indio Somdev Devvarman.

Ante Youzhni ya se enfrentó Almagro en dos ocasiones y perdió en ambas. Primero cayó por 7-6 (4), 3-6 y 7-6 (6) en la tercera ronda del Masters 1.000 de Miami en 2008. Después volvió a tropezar ante él en la segunda ronda del torneo de Munich en 2009, por 7-6 (2) y 6-4.

La intensidad que vivió este jueves en los tres primeros sets y la firmeza que demostró a lo largo de todo el partido para salir adelante frente a Isner avalan el buen momento del español.

"La verdad es que estoy feliz. Era un partido duro, complicado en esta superficie. Isner es un grandísimo sacador. Y, bueno, creo que he tenido el partido muy bien encarrilado en todo momento", dijo Almagro a la prensa española al terminar el duelo.

El murciano está satisfecho por su actuación sobre la hierba del All England Club: "Lo he jugado con mucho temple, con mucha intención cada vez y creo que he jugado un grandísimo partido. Hay que seguir en esta misma línea".

David Ferrer no pudo terminar su partido ante el también estadounidense Ryan Harrison, diez años menor que él (19), por falta de luz.

Ferrer iba perdiendo por 7-6 (6), 1-6, 6-4 y 4-2 cuando se detuvo el encuentro. El alicantino hacía rato que había informado al juez de que apenas se veía ya bola. El duelo seguirá este viernes, cuando Nadal jugará en la tercera ronda contra el luxemburgués Gilles Muller en el tercer turno de la pista uno.

La única víctima entre los españoles fue Guillermo García-López, vigésimo sexto favorito, que cayó ante el eslovaco Karol Beck por 7-6 (5), 6-4, 3-6 y 6-4, pese a un inicio bastante favorable para el albaceteño.

Enfadado consigo mismo, golpeó con fuerza su raqueta contra el suelo al terminar el partido, pero insiste en que no es "de los que rompen raquetas" habitualmente. De alguna manera tenía que descargar la ira que le producía pensar que se marchaba un año más sin alcanzar la tercera ronda en Wimbledon, a la que sólo llegó en 2008.

García-López arrancó bien su envite con Beck, jugador al que nunca antes se había medido. Pronto sacó ventaja en el marcador y parecía tener de su lado el primer set, pero el eslovaco se repuso y lo obligó a batirse en el "tie-break".

Entonces comenzaron las complicaciones para García-López.

"A lo mejor vosotros (los periodistas) no entendéis cómo se escapan estos partidos, pero son cosas que pasan", dijo el albaceteño, número 41 del mundo, sobre su derrota ante un jugador situado en el puesto 125 del ránking. "Fastidia mucho", reconoció.

Por su parte, el serbio Novak Djokovic, segundo favorito en el torneo de Wimbledon, batió por 6-3, 6-4 y 6-2 al sudafricano Kevin Anderson, que había conseguido en la primera ronda la única victoria de su carrera en Wimbledon.

Tras apenas dos horas de partido, Djokovic se clasificó para dieciseisavos de final, donde se enfrentará con el ganador del encuentro entre el italiano Andreas Seppi y el chileno Marcos Baghdatis

Tras esta jornada descafeinada para los españoles, animada por el entrenamiento de Rafa Nadal y Feliciano López, juntos, solo quedan en competición, además de ellos dos, Nicolás Almagro y David Ferrer.

En el cuadro femenino sobreviven Lourdes Domínguez y María José Martínez, que juegan este viernes.