Que al Málaga C.F. le ha tocado la primitiva en forma de jeque (y de cheque) es algo evidente. El proyecto que se está construyendo es sumamente ilusionante y desconocido por estos lares del fútbol. No es sólo una cuestión de cómo armar un equipo con las respectivas contrataciones. Unas contrataciones, por cierto, muy bien trabajadas por parte del club y sus responsables. No es sólo esto, es bastante más. El fútbol internacional ha girado su mirada hacia Málaga. Hay dinero, sí. Pero también se están tomando mejor las decisiones.

ómo gestionar ese dinero es la clave. Qué uso se le da en un mundo como la alta competición, tan complejo, y sujeto a tantas variables que a veces escapan del propio control del club. No soy un entendido de fútbol, pero los comentarios que escucho acerca de los fichajes son todos positivos. Incluso con alguna que otra sorpresa inimaginable hasta hace dos días para el equipo, como por ejemplo la llegada de Van Nistelrooy, un «crack» del área que solo ha jugado en los grandes de Europa, y que viene a Málaga dispuesto a prolongar su ya más que exitosa trayectoria deportiva.

Construir un equipo de garantías, ampliar el contrato a su entrenador en un momento de relajación, y no de tensión. Una ampliación que sirve también de gesto de cara al vestuario. Los jugadores ya saben quién es el jefe del equipo. La llegada de un responsable de cantera considerado como uno de los mejores formadores del fútbol español, un director deportivo hasta hace nada responsable deportivo de la RFEF, la potenciación del área de comunicación y marketing, un departamento clave en estos tiempos que corren, la incorporación de Julen Guerrero, la modernización de sus instalaciones, y como colofón la contratación de Fernando Hierro como General Manager, conforman una estructura digna de ser a bote pronto de las mejores del fútbol español. Y de poder codearse con la aristocracia del fútbol europeo. El mensaje es claro: quieren estar en Europa. Y su afición frotándose los ojos. ¿Será verdad? Sí lo es.

Uno siempre había echado de menos que Málaga no tuviera un equipo de fútbol acorde a la grandeza que pretende tener la ciudad. Al fin lo tiene, mi única pena es que no haya sido construida por manos malagueñas, que hayan tenido que venir desde muy lejos para ganar esa apuesta. El consuelo quedará en esto de que la economía es global, pero los sentimientos de un club sólo pertenecen a su afición.

Ése será el consuelo. El temor es que algún día quieran retirarse y marcharse, y entonces, ¿quién mantendría esa estructura con sus grandiosas aspiraciones?, ¿serían manos malagueñas? Dejemos de jugar a visionario, y disfrutemos de un Málaga que por primera vez se asoma a un mundo desconocido de grandeza. Los cimientos se están poniendo perfectamente para ello.

El Unicaja, otras sensaciones. Al otro lado deportivo, el Unicaja nos transmite otras sensaciones. Un Unicaja que sí ha sido construido y moldeado por manos autóctonas, alcanzando lo máximo. Ahora corren otros tiempos. Su presidente, Eduardo García, decía al principio de su mandato que había que tener mucha imaginación, y razón no le faltaba. Tal vez sea esa imaginación la que necesite desarrollar para poder ilusionar a una afición que anda algo desconcertada. Después será la canasta o el gol lo que decida, pero el equipo se tiene que sentir arropado de decisiones sensatas que lleguen al corazón del grupo y de la afición para que esas canastas lleguen con solvencia.

Es triste que ocurra así porque no debería ser, pero las acertadas decisiones del Málaga dejan en evidencia el vacío cajista en estos momentos. Son señales que nos llegan. Y no dudo de sus pasos, pero es evidente que de momento no llegan al aficionado, no ilusionan, no transmiten. El Unicaja se tiene que reinventar. La imaginación, como dice su presidente, es clave, pero sola es insuficiente.

Las pinceladas

Marta domínguez: ¿Y ahora qué? | La atleta ha quedado absuelta y libre de toda sospecha del escándalo mayúsculo que representó su detención en un caso de tráfico de sustancias dopantes. E insisto, ¿y ahora qué?, ¿quién repara el daño sufrido por una injusticia de este calibre? Como desgraciadamente tantas veces ha ocurrido, es imposible compensar, ni económica, ni emocionalmente lo vivido por la atleta en los últimos meses. Uno desconoce si, como en algún medio se indica, haya habido una especie de vendetta política por manifestarse militante del PP. Me parecería tan fuerte y rastrero que fuera así... Cuesta tanto creerlo. En cualquier caso, confiemos que pueda recuperar su normalidad para que siga ofreciéndonos lo mejor de ella, y que episodios tan lamentables como éste no se den nunca más, aunque suene a ingenuidad.

Joe Childress: Dictadura militar | El exjugador de Olympiacos, el americano Joe Childress, un jugador que venía de los Suns con un contrato multimillonario, y que sin embargo no terminó de cuajar, sólo mostró pequeños destellos de su calidad. Pues bien, se ha despachado diciéndoles a los jugadores NBA que jugar en Europa es como estar en un régimen militar. Y la verdad es que después de ver lo que pasa en la NBA con todo este lío del lock-out (cierre patronal para los de la LOGSE), con amenazas de multas millonarias por hablar en pleno cierre entre entrenadores y jugadores, entre propietarios y resto del mundo. Prohibirle a Jordan jugar al golf como propietario de una franquicia que es con algunos jugadores que participan en un torneo benéfico. ¿Y este jugador dice que el baloncesto europeo es un régimen militar? Desde luego, que hablar es gratis.

Hasta luego: Parón veraniego | Les dejo descansar. Uno se tomará unos días de asueto para que las neuronas se regeneren si es posible. Ha sido un auténtico placer poder expresar mis reflexiones en este medio que me acogió desde el principio como si fuera uno de los suyos, y así me he sentido. Agradecer a su director, que ya es el mío, Juan de Dios Mellado; y a sus redactores, Emilio Fernández y Rafael M. Guerra, por estar tan cerca. Me ha supuesto una responsabilidad y un esfuerzo no faltar a mi cita dominical. Espero no haber defraudado a los que me han acogido, y a ustedes lectores por haber seguido esta página con interés, y con el ánimo de compartir o criticar mis comentarios. Uno no está a salvo de casi nada, y tampoco espera una adhesión inquebrantable porque sencillamente no existe. Sólo expresar lo que mis conocimientos y experiencias observan. Si lo desean, el primer domingo de septiembre acudiré a esta cita puntual de nuevo. Descansen.