La nadadora mijeña Duane da Rocha vio recompensado ayer el trabajo de años y años. Bajo la atenta mirada de su familia y nadando en casa, la ondina de ascendencia brasileña logró en su prueba fetiche, los 200 espalda, la marca necesaria para convertirse en olímpica el próximo verano en la cita de Londres 2012. O sea, lo máximo a lo que cualquier nadador puede aspirar en su carrera.

Duane se tiró a la piscina del Centro Inacua de Málaga sabiendo que era el último tren. Su última opción de saber lo que es la villa olímpica, de lo que son unos Juegos y de lo que es sentirte el centro del mundo durante unos días.

Duane sabía tenía que darlo todo desde la primera décima de segundo. La mijeña tenía que tocar pared antes de que el reloj marcara 2.00.84. Duane, apoyada por una grada entregada a su suerte, nadó y nadó hasta parar el crono en 2 minutos justos, 120 segundos clavados, o sea que 84 centésimas menos de lo exigido. La malagueña miró el reloj tan pronto pudo elevar la mirada desde la propia piscina y entonces se volvió loca de alegría. Ella, su familia, sus amigos y toda Málaga.

Y es que este éxito tiene una historia detrás de sinsabores que sólo Duane sabe realmente. Da Rocha, nacida en 1988, estuvo a punto de dejar la alta competición hace cuatro años al no clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Se lo pensó seriamente hasta que dio el paso para volver a intentarlo. Por eso, su éxito de ayer es el de una gran deportista con tesón, fuerza de voluntad y mucho amor propio.

Da Rocha había fallado el jueves en los 100 espalda. Se quedó a las puertas del objetivo, pero ella no emuló a Rafa Muñoz. No dio la espantada. Apretó los dientes y se preparó durante el fin de semana para su gran cita de la tarde de Domingo de Ramos. Y ayer, llegado ese momento, se resarció en una de las carreras más emotivas de los campeonatos. Tras ella se clasificaron Osk Gustafsdottir y Lydia Morant, con 2.12.33 y 2.12.42, respectivamente. Muy lejos de la gran Duane, que paseará la bandera de Málaga por la capital británica.

Belmonte, reina de Inacua. Al margen del éxito que supone para la natación malagueña la presencia de Da Rocha en Londres, la gran triunfadora de este campeonato celebrado en la Costa del Sol es Mireia Belmonte. La catalana sumó ayer su tercer récord de España en este torneo en los 400 libre, con mínima incluida, y su sexto tiempo olímpico en los 200 mariposa. En total, en cuatro jornadas, Belmonte consiguió en Málaga seis mínimas olímpicas, que si se añaden a los dos relevos, el 4x200 y el 4x100 estilos, podrían darle a la nadadora de Badalona ocho pruebas a competir en la capital británica. Y es que tiene mínimas en los 200, 400 y 800 libre; los 200 y 400 estilos y los 200 mariposa. Además, fue la única que batió a lo largo de cuatro días un récord de España y lo hizo en tres ocasiones, en los 200 y 400 libre y en los 200 estilos.

En los 200 mariposa, Judit Ignacio, de 1994, seguirá el camino de Belmonte y será por primera vez olímpica con un tiempo de 2:08.59.

En los 400 masculinos, Marc Sánchez se impuso a Alex Sánchez y a Yerai Lebon con 3:56.58 por 3:57.27 y 3:58.72, respectivamente, de sus rivales.

En los 200 espalda masculinos, Rufino Regueira fue el más rápido, con 2:00.07 por delante de Matteo Giordano, con 2:01.77, y Juan Miguel Rando, medalla de bronce con 2:03.40.

Carlos Peralta ganó los 200 mariposa. Con 2:00.76 tocó el muro antes que Albert Puig y Alexis Márquez, con 2:01.21 y 2:01.88, respectivamente.