Salió de Málaga con apenas 18 años con la mentalidad de triunfar en el mundo de la canasta. Para ello, dejó la cantera de Los Guindos y su amada barriada de El Palo para jugar con el Real Celta de Vigo. Desde entonces, Gema García Mata (28/04/1985), lleva paseando su calidad por todo el territorio ibérico (Vigo, Madrid, Zamora y otra vez Madrid). Su reto después de llegar a la final de la Euroliga, seguir disfrutando del baloncesto y debutar algún día en la selección española absoluta.

Ante todo, enhorabuena por el subcampeonato. ¿Se esperaba llegar tan lejos en una competición con tanto nivel?

Muchísimas gracias. La verdad es que no pensábamos llegar tan lejos. El Rivas es un equipo grande a nivel nacional, pero en Europa hay equipos enormes, mucho más duros que aquí. Estamos contentas porque conseguimos alcanzar la final y ganarle a muchos equipos buenos, entre ellos al Fenerbahce, que jugaba como local.

Lo cierto es que su equipo acarició el título tras jugar una gran primera parte. ¿Qué pasó luego? ¿Nervios, cansancio...?

Fue un poco de todo. Lo principal fue que ellas (Ros Casares) tenían un equipo para ganar la Euroliga sí o sí. Lo que pasó en los últimos minutos cuando ya no nos entraba nada fue consecuencia del cansancio de tantos partidos apretados.

¿Tan buenas son las valencianas?

Sí, son buenísimas. Es el equipo que mayor presupuesto tiene. Ha traído a jugadoras de la WNBA (liga americana femenina equivalente a la NBA) que incluso han ganado anillos. Casi todas son internacionales y ya habían ganado cosas importantes a nivel internacional. Cuando nos hemos enfrentado contra ellas en la Liga y la Copa de la Reina siempre nos han ganado de 20 puntos, por lo que jugarles de tú a tú durante toda una final europea ya es un éxito.

Dejó el Zamora hace dos meses para fichar por un «grande». ¿ Cómo se cambia el chip de luchar por la permanencia a luchar por el título?

Al principio fue duro, pero como conocía a varias jugadoras y al entrenador en varias semanas me adapté. Fue fácil porque sabía cual iba a ser mi nuevo rol en el equipo. Pasé de ser titular en el Zamora a ser 2ª base en el Rivas para dar descanso a Elisa Aguilar.

Salió de Málaga para triunfar con 18 años. ¿Se madura antes al marcharse tan pronto de casa?

¡Y tanto! Te encuentras muy sola al principio y no tienes a mamá para que te lo haga todo. Fuera de casa tienes que espabilar rápido y adaptarte a todo lo que te venga.

Pese a ser muy joven aún (26 años), ya es una trotamundos del baloncesto. ¿Cuales son sus mejores recuerdos?

Son muchos, pero sí tengo que destacar algunos me quedó con mi primera participación en la Copa de la Reina en mi debut con el Celta y por supuesto este subcampeonato de Europa.

Lleva ya ocho años fuera de «su» Málaga. ¿Qué es lo que más echa de menos de su tierra?

Absolutamente todo. Soy una enamorada de mi ciudad, de mi barrio... Extraño mucho a la gente de allí. Me gusta rodearme de los mios. ¡Ojalá hubiese un equipo femenino de garantías en Málaga! No me pensaría dos veces volver a casa. Cada año que pasa echas más de menos tu ciudad. Cuando tienes que volverte tras las vacaciones de verano es un suplicio.

Y en estas fechas se acordará usted más con lo mucho que le gusta la Semana Santa...

Absolutamente, me encanta vivir la Semana Santa malagueña y ya hace muchos años que no puedo estar por allí, pero la sigo y me acuerdo de cuando iba a ver las procesiones de pequeña. Cuando estaba en Vigo vivía con mi compañera Ana Torrens y siempre decíamos de montar una cofradía allí para quitarnos el «mono».

¿Qué le hace falta al baloncesto malagueño para despuntar a nivel nacional?

En Málaga necesitamos que alguien realmente apueste por ello con un equipo que compita en la máxima categoría. Cuando sales de allí te das cuenta como se vive el básket en sitios como Madrid, Valencia o Salamanca... y ya no te digo en el resto de Europa, es una pasada. Es una pena, porque en Málaga hay grandísimas jugadoras y muy buena cantera. Yo he tenido la suerte de llegar a la élite, pero de mi generación había chicas con mucho talento que no lo han logrado por falta de ayudas.

¿Ha tocado techo Gema García después de este subcampeonato de Europa?

Espero que no. Quiero seguir disfrutando muchos años del baloncesto. Termino contrato en junio con el Rivas y veremos si sigo aquí o me voy a otro equipo. Ahora también quiero terminar la carrera de INEF, que me queda un año.

¿Y la selección española absoluta no es un reto?

Absolutamente. He sido internacional en todas las categorías inferiores y no renuncio a debutar con la absoluta. Es lo máximo a lo que puede aspirar un deportista. Ahora que estoy en un equipo grande tengo más posibilidades.