Tres futbolistas malagueños, los excanteranos blanquiazules Antonio Calderón y David Pino, junto al exbético Iván Moya, después de múltiples experiencias en Segunda B y Tercera División, acaban de optar por cambiar de aires en medio de la crisis económica que atraviesa el balompié español. Ayer mismo despegaron desde Madrid hacia Moldavia, donde se integrarán en la disciplina del Milsami-Ursidos de Orhei.

Esta escuadra acaba de irrumpir en el panorama europeo, con el refuerzo de jugadores originarios de países como Brasil o Chile. Si el pasado año ya debutó en la previa de la Liga Europa, su reciente triunfo en la Copa moldava –a finales de mayo– le ha asegurado una nueva participación en la primera ronda de esta competición continental.

Para el rondeño Calderón o el veleño David Pino, poder dar el salto a uno de los grandes conjuntos del Este supone ver cumplido un sueño. «Sobre todo porque sabemos que allí nos van a pagar al día», señala Calderón, casado y padre de dos hijos «que de momento» permanecerán en la Costa del Sol.

A Iván Moya, natural de Montejaque y jugador durante las dos últimas temporadas del Écija, la experiencia fuera de España no es novedosa: «Ya he tenido la suerte de salir a Escocia o Grecia para conocer cómo es el fútbol en esos países».

Los tres subrayan el hecho de poder viajar juntos, como «clave» para agilizar la aclimatación que necesitarán, tanto a las temperaturas en invierno como a la cultura y la lengua del país.

Antonio Calderón, que llegó a coincidir con César Navas en el filial malaguista, apunta que cambiar «el chip», con mejores condiciones económicas, será vital: «Es lo que vamos buscando, como tantos compañeros, poder estar contentos, tener una seguridad para no perder el ánimo. Lo demás viene solo». Y agrega que sería bonito poder enfrentarse algún día al Málaga CF en Europa: «Me vendría muy bien a mí, personalmente, y sería un orgullo para nuestro club».

David Pino, tras sucesivas deudas acumuladas pese a haber llegado a ser Pichichi hace dos campañas del grupo IX de Tercera en el Vélez de su localidad natal, concluye que viajar con Moya y Calderón es una garantía: «Ir con dos compañeros de tal calidad futbolística y humana, seguro que me va a facilitar las cosas». Y ojalá que así sea. Que a este trío malagueño se le vean cumplidos todos estos sueños que portan con el equipaje.