Cerca de medio millar de seguidores secundaron ayer la convocatoria «Todos con la Roja», diseñada por Tele5 y la Cadena Ser –con la colaboración de Línea directa y el patrocinio de la delegación local de Coca Cola–, para poder disfrutar en pantalla gigante de las retransmisiones de los partidos que dispute España durante esta Eurocopa.

Con un calor casi insoportable, la zona portuaria del Muelle Uno albergó sobre todo a jóvenes, engalanados con todo tipo de prendas alusivas al combinado nacional. «Tenemos casi 35 grados, pero el ambiente es aquí mucho mejor que en ningún otro sitio», indicaba la joven Laura Sánchez. Con un grupo de compañeras de curso, el mes de junio y los «exámenes finales», los llevan «mucho mejor» con descansos para desconectar, como el encuentro contra Italia.

«Vamos a venir a todos los partidos que podamos, porque somos seguidoras de España desde que éramos niños. Lo mismo que cada domingo durante la Liga vamos a La Rosaleda para ver a estrellas de la calidad de Cazorla, que hubiese sido clave para romper el muro de Italia con alguna falta», apuntaba Miguel Ortiz, otro estudiante ataviado con la camiseta del jugador asturiano del Málaga CF.

Un duelo de menos a más. La primera parte fue ayer bastante más aburrida de lo previsto, tal y como coincidieron en subrayar la mayoría de los seguidores. En los instantes previos al gol de Di Natale, con una primera brisa refrescante, empezaron a escucharse los primero gritos de ánimo de forma continuada. Pero llegó un jarro de agua fría, que sólo unos minutos más tarde desató mucho más la euforia, con el empate de Cesc. Desde ese momento, la tensión fue en aumento en el Muelle Uno. Rostros desencajados, por la mejor ocasión de Torres. Aplausos a Iniesta, proclamado como el mejor del choque. Y cierta decepción, con el pitido final.