­80 años le contemplan y cada día corre 13 kilómetros por el paseo marítimo de Fuengirola. Topógrafo jubilado, natal de Melilla (30 de agosto de 1932), malagueño desde 1962, cuando se mudó a la Costa del Sol con su mujer Vicky, y fuengiroleño desde hace siete, Fernando Muñoz Perpén es el mejor ejemplo de que el deporte ni entiende de edades ni de DNI, y que para correr sólo es necesario salud y ganas.

Fernando será este domingo uno de los 950 atletas que disputen en la III Maratón Ciudad de Málaga. El reto no es nuevo para él. Ya ha finalizado las dos primeras. Ha sido siempre el «Abuelo» de la carrera, el participante de mayor edad, aunque Fernando tenga la energía de un joven y la vitalidad suficiente para completar los 42 kilómetros de la prueba. Lo hizo en 4h.40:47 en la primera edición de 2010 y repitió gesta en 2011, cuando paró el crono en 5h.03:06.

La suya no es una batalla ni contra el reloj ni contra los otros corredores. Es una guerra contra la naturaleza misma, contra el paso del tiempo y por su tremendo e inquebrantable espíritu de superación. Con 80 años, Fernando seguirá siendo un pionero, en todos los sentidos. Lo fue en Málaga, en la época de finales de los 60, cuando el running, hoy en día lo más normal del mundo, era algo imposible de ver. «Cuando la gente me veía correr me decía si estaba loco, me llamaba barbaridades», recuerda él con una mente clara y despejada.

El mejor momento del día llega después de salir a trotar por Fuengirola. El calendario para él no entiende ni de festivos ni de puentes ni de domingos. No atiende a las inclemencias de la meteorología y le da igual que salgan días lluviosos o de terral. Ocurra lo que ocurra, se calza sus zapatillas, sus pantalones cortos y su camiseta, y sale a la conquista de sus 13 kilómetros diarios, a por su ración diaria de vida. Y después, bajo la ducha, con el cuerpo aún excitado por el ejercicio, Fernando le encuentra todo el sabor a su pasión.

«Correr te cambia el carácter, te da alegría, hace que te sientas fabuloso. Y cuando te estás duchando tras correr sientes una satisfacción enorme, una tremenda alegría en el cuerpo», relata.

Dicen que el deporte es salud. Y Muñoz Perpén cumple esta ley a rajatabla. Ha disputado las 22 ediciones de la Media Maratón de Málaga, todas las que se han celebrado hasta el momento. Ni un resfriado ni una gripe ni una lesión... nada ha podido con él. Siempre que ha llegado el mes de abril, Fernando se ha puesto el dorsal y ha disputado la prueba, en todas y cada una de sus ediciones.

Y el domingo volverá a sacar toda su raza para completar la mítica prueba de los 42.195 metros. No estará solo. Su hijo, Fernando Muñoz Martín, topógrafo como él, correrá a su lado.

«Yo no quiero y le he dicho que él vaya a su ritmo, porque a mi lado vendrá mi hijo el músico, que vendrá en bicicleta, pero él ha insistido y creo que estará también corriendo conmigo», explica el veterano corredor.

«Sé que son cosas anormales. Estoy comenzando a creer que el que no soy normal soy yo», dice con guasa Fernando, el «Abuelo» de esta III Maratón Ciudad de Málaga y, probablemente, el más joven en espíritu y vitalidad. Es Fernando Muñoz Perpén. 80 años ya cumplidos. Y, de largo, el gran vencedor de la carrera del domingo. Incluso mucho antes de que se dispute.