La exseleccionadora de natación sincronizada Anna Tarrés ha asegurado que ella no provocó la retirada de la gran referencia de la 'sincro' española, Gemma Mengual, sino que fue la catalana quien se retiró y, además, ha añadido que tras su maternidad y dos años fuera de la rutina el cuerpo de la 'sirena' ya no respondía "de la misma manera".

"Mengual achacó físicamente los dos años de retirada, me equivoqué al creer que podía llegar a recuperarse. El cuerpo ya no le respondía de la misma manera y la mente tampoco. Yo no la retiré, se retiró ella", aseguró Tarrés en una entrevista a 'XLSemanal' recogida por Europa Press.

En este sentido, comentó que "probablemente" Mengual quería tener un trato "muy diferente" al del resto del equipo, algo que le negó. "Después de dos años de estar 'fuera de' y con muchos objetivos muy potentes en su vida -sus intereses comerciales, publicitarios, su vida personal-, no estaba por la labor, no estaba focalizada. No estoy segura de que ella realmente quisiera volver", argumentó.

"Hemos crecido juntas y hemos aprendido de la vida juntas. Yo también era muy joven y sé que ahora soy mejor entrenadora que antes. ¡Solo faltaría! Si durante el proceso alguien se ha sentido herido, pues perdón", concluyó al respecto.

Por otro lado, reconoció que imponía a las nadadoras respeto, pero no miedo. "Yo impongo respeto, quizá más a la gente más joven, porque pongo límites e impongo una disciplina en el equipo para que todos lleguemos a un objetivo común. Para lograrlo, es necesario que dejen sus individualidades aparte", señaló. "¿Agresiva, agresiva? Yo diría que doy fuerza, no agresividad mal entendida", añadió.

"Cuando iba a mi casa con una tarjeta de colores [amonestaciones] de parte de las monjas, no sabía dónde meterme. A ese miedo se le llama respeto a la autoridad. En casa había unas normas que cumplir y yo eso lo he heredado", apuntó sobre el origen de su carácter.