La exseleccionadora española de natación sincronizada Anna Tarrés ha explicado este jueves que "la élite es exclusiva" y que muchas nadadoras de las que en su día firmaron la carta denunciando sus supuestas prácticas vejatorias no han sabido asumirlo y han actuado "desde la frustración de no haber conseguido los objetivos", además de señalar que ha sido sometida a un "escarnio público total".

"No siento que tenga falta de empatía con los demás. Esto de la élite es exclusivo, no es para todo el mundo. A veces es difícil asumir que tú no eres el elegido", declaró en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la reciente publicación de su libro, 'Cuando ser la mejor no es suficiente', de Planeta.

Tarrés explicó que la obra "estaba ya en marcha antes de los Juegos Olímpicos". "Lo enfocamos como un método para conseguir los éxitos, de cómo gestionamos el grupo. Tenía que ser un manual de cómo, a través de la experiencia, llegamos a las medallas, pero la polémica a raíz de la destitución hizo que cambiara un poco el guión", relató.

Gracias a él, la ex seleccionadora ha podido defenderse de las acusaciones. "Ha habido un escarnio público total, una necesidad de ensuciar mi imagen para justificar, supuestamente, la decisión de la no renovación y del nuevo rumbo deportivo. No entiendo esta necesidad de criminalizar el trabajo que hemos hecho durante 15 años con este grupo humano cuando hace dos días nos estábamos besando por los resultados", aseguró.

En este sentido, afirmó que la carta firmada por 15 exnadadoras de la selección española de natación sincronizada, en la que habla de supuestas vejaciones de la ex seleccionadora, le pareció "totalmente oportunista", hecha pública justo el día antes de la presentación del nuevo equipo técnico y "después de 20 días de silencio absoluto" desde su despido.

"Os mentiría si os digo que no hubo muchísimo dolor. Te llega de sopetón, te quedas estupefacta y piensas por qué llega en este momento. Siembra dudas a los que tienes al lado, a los vecinos. La carta me afectó porque se hizo escarnio público, maltrató mi imagen como persona y como profesional, pero no me siento identificada", subrayó.

"Fue una sorpresa. La persecución la he sentido más dentro del ámbito laboral. Me ha sido difícil encajar en un mundo tan masculinizado como el del deporte. El hombre es más pragmático y no se siente tan atacado cuando en un entrenamiento le dice "¡levanta la pierna!". Es vocabulario que uno tiene normalmente, sólo hace falta ir a un campo de fútbol para ver cómo se comunican los entrenadores con el árbitro, los padres con el entrenador o éste con sus jugadores", afirmó.

Tarrés, que dice que "nunca" ha tenido "queja de nadie" por su actitud y que han tenido un trato "familiar", explica sí es "exigente", pero no ha dado un "trato vejatorio" a sus nadadoras. "Que soy gritona sí, que tengo un tono de voz alto, también, digo las verdades. Las madres lo sabemos, cuando a veces dices cinco veces las cosas pierdes la paciencia y a la sexta lo dices de otra manera. Cuando una persona está pasada de peso se le tiene que decir porque no estamos en 'deporte para todos'", indicó.

Tarrés considera que "es necesaria esa aceptación de la fatiga", ya que "sólo con esa búsqueda de la perfección se llega a la excelencia", y que "la mayoría se han hecho desde la frustración de no haber conseguido los objetivos". "La hipocresía ha sido el comportamiento que ha prevalecido en toda historia, estar haciendo un 'papelón'", dijo.

"No todo el mundo ha pagado el mismo precio por la medalla"

De las quince nadadoras firmantes, sólo Paola Tirados ha formado parte del "Dream Team", mientras que Laura López y Cristina Violán llegan al equipo "cuando ya está formado y se han ganado las medallas". "A veces confundimos los roles que tenemos dentro del equipo, uno tiene que ser suficientemente humilde para reconocer que el trabajo que ha hecho Gemma Mengual no se puede comparar con el que ha hecho Laura López para merecerse esa plata olímpica. No todo el mundo ha pagado el mismo precio para conseguir esta medalla olímpica", señaló.

"En ese momento Andrea Fuentesera mejor que Paola, el alto rendimiento es así. El año olímpico fue durísimo, no había podido participar de los entrenamientos al 100% porque estaba lesionada. Llegó al preolímpico derrapando en su recuperación. Era incapaz de nadar esa rutina. Mostró su descontento e intentamos crear el traje a medida, pero a veces no se puede", añadió.

Tarrés explicó que la propia familia de Violán, hija del consuegro de Fernando Carpena -presidente de la RFEN-, Jorge Violán, "pide por favor que hagamos a Cristina nadadora del CN Kallipolis para que pueda acceder al Centro de Tecnificación". "Entregas a tu hija con 14 años, se supone que con confianza de lo que vamos a hacer", contó.

"Todo estaba preparado antes de los juegos para que no siguiese"

La barcelonesa explica que "la carta sale del ordenador del consuegro de Carpena", que a través de las redes sociales se mostró "encantado" con la destitución, un hecho totalmente premeditado. "Ahora lo veo clarísimo, todo estaba preparado antes de los Juegos para que no siguiese de seleccionadora", indicó. "Me siento maltratada viendo que cuantos más resultados vamos sacando menos beneficios tenemos por ello", añadió.

A través del libro, Tarrés describe su relación con Carpena, "al que le gusta controlar personalmente cada una de las áreas" y "salir en la foto". Además, ha denunciado que a pesar de los altos ingresos que suponía la sincronizada, la RFEN acababa en números rojos. "Si gastamos dinero en galas del deporte, en viajes con una 'troop' de personas y utilizamos la Federación como una agencia de viajes luego no salen los números", señaló antes de confirmar que en su última renovación fue "la última en firmar el contrato, en el mes de marzo".

Además, habló de la actitud del presidente del CN Granollers, Josep Maria Mas, que lidera a una entidad que tiene "una especie de manía persecutoria y ha pensado que el CN Kallipolis -al que ha pertenecido y pertenece en la actualidad Tarrés- ha tenido un trato preferencial", y que ha conseguido que dos de sus entrenadoras, Esther Jaumà y Anna Vives, pasen a ser seleccionadoras.

Sin embargo, asegura que siempre ha tenido "carta blanca para seleccionar a las mejores nadadoras", negando que le impusiesen cupos territoriales. "Quien escoge al equipo al final son las propias nadadoras. Esto es una democracia jerárquica", aseveró.

Además, Tarrés deja en el aire si volvería a dirigir la selección si así se lo solicitasen una vez que Carpena acabe su mandato. "La vida da muchas vueltas, soy optimista, se me ha cerrado una puerta pero se me han abierto muchísimas ventanas. Cuando llegue el momento lo voy a decidir", concluyó.

Ahora, en su vuelta al Club Natació Kallipolis como entrenadora, Tarrés asegura que los "niveles de superexcelencia" de la selección le han servido para llevar este conocimiento a la base. "Me gusta enseñar, lo llevo dentro, estar con gente joven, me hacen sentir más joven".

"Quizás estamos llevando a nuestros hijos en una sociedad del bienestar de una manera en la que luego no son capaces de asumir un límite o un 'no' por respuesta", añadió antes de reconocer que se siente feliz con sus últimos proyectos, "el libro" o "'Splash!', donde he podido socializar el deporte y que Falete hiciera un mortal encogido hacia atrás". "Es un lujo y un privilegio", finalizó.