El autobús de El Palo, que ayer por la mañana llegó a San Ignacio procedente de Burgos -después de toda una noche de viaje-, tendrá que tomar este sábado la carretera con dirección a tierras murcianas. Su próxima estación, Jumilla. Así lo determinó el sorteo por la tarde en la Federación Española de Fútbol. La escuadra paleña después de acariciar el ascenso en tierras burgalesas va a tener una segunda oportunidad, en forma de semifinal y final para lograr el histórico billete que supondría subir a Segunda B.

La directiva paleña agradeció que el choque de ida de esta nueva eliminatoria se juegue más cerca: en el municipal de La Hoya arrancará el domingo a las seis y media. Y también que el rival no sea un histórico, como ocurrió en el cruce anterior, de otras categorías superiores del fútbol español. De hecho, el club nace de las cenizas del Jumilla CF, desaparecido hace dos veranos después de disputar su única campaña en Segunda B -descendió como último clasificado-.

El nuevo FC Jumilla ha concluido esta campaña como cuarto clasificado del grupo murciano de Tercera. Pero apenas tres puntos le han separado del segundo puesto, ocupado por el Cieza; o dos, respecto al tercero, el otrora poderoso Mar Menor, que llegó a tener en sus filas al ariete nerjeño Juanjo Bautista. El rival de El Palo también cuenta en sus filas con un hombre de origen malagueño: Borja Israel Cantarutti Tabuada. Ni más ni menos que el hijo del mediocentro argentino que se convirtió a caballo entre las décadas de los setenta y ochenta en una de las figuras del CD Málaga.

Cantarutti, a sus 29 años de edad, ya ha pasado por escuadras importantes del fútbol profesional, de la categoría del Poli Ejido o del Cacereño, donde se le recuerda como máximo goleador. El ariete ha destacado este año con nueve goles que le erigen en uno de los tres máximos artilleros. Sólo le han superado Joseto, con 13, y Carles, con 11.

Pero si la amenaza es la pegada de hombres veteranos como el ariete malagueño, no menos importante es la labor bajo palos del actual portero de la selección española de fútbol playa: Christian Méndez. El guardameta del conjunto murciano se ganó en febrero un hueco privilegiado que le llevó a disputar un amistoso en El Salvador.

El Palo debe huir de una posible resolución de la eliminatoria desde el punto de penalti. Ya lo vivió este fin de semana en su propia piel el Andorra de Teruel. Los pupilos de Paco Onrubia equilibraron el 1-1 de la ida con idéntico marcador y en la tanda de penaltis vencieron por 2-3 después de que se alcanzaran los seis lanzamientos. Christian, formado en las categorías inferiores del Atlético de Madrid, no sólo fue capaz recibir apenas dos goles, con alguna intervención muy vistosa, sino que convirtió el tanto definitivo.