El español Rafael Nadal extendió este domingo su dominio en Roland Garros con su octava victoria, lograda contra David Ferrer, y tras dejar atrás una ausencia de las pistas de siete meses por problemas de rodilla.

En su octava final en París derrotó a su compatriota Ferrer con una gran contundencia, 6-3, 6-2, 6-3, en 2 horas y 17 minutos.

Nadal cedió el número cuatro de la ATP a Ferrer. El alicantino, que el año pasado llegó a semifinales en París, su mejor resultado hasta ahora en este torneo, donde cayó también frente a Nadal por 6-2, 6-2 y 6-1, suma 480 puntos, lo que le ha valido para superar al mallorquín y recuperar la cuarta plaza que perdió hace tres semanas.

En la parte alta de la clasificación se mantienen los puestos. El serbio Novak Djokovic continúa al frente del ránking a pesar de perder 480 puntos en París, seguido del británico Andy Murray en segunda posición y sin haber participado en Roland Garros, y del suizo Roger Federer, que cierra el podio.

Nadal parece haberse quedado con la clave de la victoria en París, donde sólo ha concedido una derrota en sus nueve participaciones, la de 2009 frente al sueco Robin Soderling.

Ha trasladado al Grand Slam de tierra batida la famosa frase que se dice del fútbol y de los alemanes: "Lo juegan dos tenistas y lo gana siempre Nadal", se escucha en París.

El mallorquín se convirtió en el primer tenista de la historia que alza ocho veces la copa de un mismo Grand Slam, un torneo sobre el que mantiene la hegemonía contra todos los rivales que han intentado arrebatárselo.

Ni Roger Federer en sus mejores años, ni Novak Djokovic, número uno del mundo, ni el rocoso David Ferrer, un especialista en arcilla en su mejor momento de forma, han podido destronar al rey de la tierra batida.

A sus 27 años, Nadal suma doce títulos del Grand Slam, pero es en Roland Garros donde ha forjado su ya legendaria carrera. En las pistas parisinas ha ganado más títulos que nadie (8), más partidos que nadie (59) y nadie parece en condiciones de arrebatarle la supremacía.

Parecía que este año su hegemonía podía flaquear cuando perdió la final de Montecarlo hace mes y medio contra Djokovic. Pero Nadal elevó su nivel a medida que avanzaba el torneo y, tras perder un set en cada uno de los dos primeros partidos, se mostró intratable.

El punto álgido se vivió en las semifinales contra el serbio, destinado a ocupar el puesto que hasta ahora tenía Federer como gran rival del español.

Fue un partido épico, el de más calidad del torneo, uno de esos duelos que dejan huella en la memoria de los aficionados y en las hemerotecas. Fue la mayor amenaza al poderío de Nadal en Roland Garros desde que comenzó su reinado en ese torneo y el español lo sacó adelante a base de pundonor, a base de pelear cuando las circunstancias eran más adversas.

Un tenis perfecto

En la final tuvo menos trabajo, porque su rival, que llegaba por vez primera a una final de un Grand Slam a sus 31 años, apenas pudo presentar cara al rey de la tierra.

Ferrer aguantó lo que pudo, pero un vendaval le pasó por encima. "Hizo un tenis perfecto", resumió Alex Corretja, capitán del equipo español de Copa Davis.

"Para ganar a Rafa en tierra tengo que jugar más agresivo, finalizar los puntos en la red y jugar mi mejor tenis", reconoció Ferrer.

Nadal no se da nunca por vencido. Tras el pasado torneo de Wimbledon, cuando una rodilla le obligó a permanecer siete meses alejado de las pistas, parecía que no volvería a estar al máximo nivel.

"Nadie pensaba que llegaríamos aquí, era impensable", reconoció Toni Nadal, su tío y entrenador, que consideró esta victoria en Roland Garros como "la más especial junto con la primera" porque parecía más lejos que nunca a causa de la lesión.

Pero desde su retorno ha sido el mejor tenista del mundo. Ha jugado nueve torneos y ha ganado siete y disputado dos finales. Sólo ha perdido dos partidos, la final de Viña del Mar contra el argentino Horacio Zeballos y la de Montecarlo contra Djokovic.

En medio, las victorias en los Másters 1.000 de Indian Wells, Madrid y Roma, y los torneos de Sao Paulo, Acapulco y Barcelona.

Y ahora Roland Garros. Nadal mira al futuro con optimismo. Ahora mismo es el cuarto tenista del ránking, pero mañana, lunes, será superado por David Ferrer.

Sin embargo, el mallorquín tiene por delante un situación muy buena para escalar posiciones y, si el final de la temporada se le da bien, llegar al número uno, un objetivo pero no una obsesión para el.

A más largo plazo, Nadal es el mejor situado para superar el récord de Roger Federer en número de triunfos en torneos del Grand Slam. El suizo tiene 17. "Lo superará", afirma Manolo Santana, el primer español que alzó la Copa de los Mosqueteros.

"Eso está a años luz", afirma el mallorquín. Nadie le cree porque su tenis parece no tener límites.