El Palo, tras lograr el hito histórico de ascender a Segunda División B al superar en la última eliminatoria al Deportivo B, ha llevado la alegría a esta barriada de pescadores, cuyos vecinos han visto reforzado su orgullo al cumplir un sueño que hasta hace nada parecía inalcanzable.

El CD El Palo, con apenas 100.000 euros de presupuesto, es una de las señas de identidad de esta barriada marinera con gran tradición futbolística, aunque nunca había estado en Segunda B y sólo llevaba unos años en el Grupo IX de Tercera.

Esta temporada volvió a repetir como patrón del "barco" el entrenador argentino Pablo Adrián Guede, exjugador del Málaga que ya la pasada campaña estuvo a punto de meter al equipo entre los cuatro primeros y jugar la fase de ascenso, aunque entonces no pudo ser.

Todos los estamentos del club se conjuraron para intentar el ascenso y, aunque tuvieron que hacer frente a muchos problemas, al final el destino premió a los paleños, que la próxima campaña verán a su equipo en una categoría semiprofesional como la Segunda B.

En El Palo, un club de una barriada que soporta unos altísimos índices de desempleo, muy pocos de sus jugadores cobran, pero la entrega de la plantilla es total.

Cuando todo iba perfectamente, el entrenador Pablo Adrián Guede, su 'talismán', tuvo que regresar a su Argentina natal por problemas familiares, por lo que se quedó al frente del equipo su ayudante Daniel Pérez.

Con él, unido a la profesionalidad de los jugadores, el CD El Palo acabó líder de su grupo en Tercera, pero en la eliminatoria de ascenso directo no pudo superar por un solo gol a un histórico como el Burgos, pues perdió en la vuelta en el Plantío por 3-2.

Pero los malagueños se repusieron del mazazo al deshacerse del Jumilla, al que golearon, tras lo cual les tocó en la eliminatoria definitiva el Deportivo B, con el que perdieron en Riazor (4-2), aunque le ganaron en su estadio (2-0).

Esto le sirvió a El Palo para ascender y cumplir un sueño histórico, en una barriada que ha dado geniales futbolistas como el delantero Carlos Aranda, ahora en el Granada; Bravo o Basti, jugadores ya retirados del Málaga; o el centrocampista Francisco Portillo, en la actualidad en el conjunto blanquiazul.

Todos llegaron a Primera División. En este rincón marinero de la capital de la Costa del Sol se criaron muchos más futbolistas, aunque no todos triunfaron.

Con una plantilla de malagueños, a excepción de Ibón y Oli, El Palo consiguió el sábado hacer feliz a muchísimos aficionados, a sus 200 socios, y ahora se le abre la puerta de una categoría profesionalizada, a la que ni mucho menos va a renunciar.

Pese a las dificultades económicas, ya lo ha dejado claro su presidente, Juan Godoy, que ha asegurado que ni por asomo van a vender su plaza a pesar de los ofrecimientos llegados en las últimas horas para adquirirla.

A Málaga y su provincia le hacía falta un equipo en la categoría de bronce del fútbol español, como sucedió hace algunos años con el Málaga B, el Estepona, el Marbella, el San Pedro, el Vélez o el Antequera, y ahora su mejor representante será el CD El Palo.