El ruso Mijail Youzhny se convirtió en el nuevo campeón del torneo de Valencia tras derrotar al defensor del título y primer cabeza de serie, el español David Ferrer, por 6-3 y 7-5, en 1 hora y 23 minutos.

El de Jávea eligió el día menos apropiado para firmar su peor partido de la semana. Nunca se le vio cómodo en la pista ante un Youzhny muy sólido en su juego durante todo el partido, que apenas tuvo un ligero bache en el arranque del segundo set.

El moscovita, que perdió en Valencia la final de 2009 ante el británico Andy Murray, conquistó en El Ágora su segundo título de la temporada, mientras que Ferrer sumó su sexta final consecutiva perdida, tras comenzar el año con los títulos de Auckland y Buenos Aires.

Tras un inicio de tanteo, los errores de Ferrer en el cuarto juego que le costaron el servicio marcaron el devenir del set y del partido. Una doble falta, un error no forzado y un resto directo de Youzhny le dieron al ruso las primeras bolas de rotura del partido y comenzó a desnivelar la balanza a su favor.

El quiebre le pesó mucho anímicamente al español que bajó muchos enteros en su juego. La habitual seguridad de Ferrer desde el fondo de la pista se resquebrajó y cometió errores inusuales en él. Youzhny se encontraba un partido inesperadamente cómodo tras quebrar el segundo servicio consecutivo del alicantino y situarse 5-1.

Los casi 6.000 espectadores que se dieron cita en El Ágora trataron de levantar el ánimo del jugador local, que a base más de coraje que de juego alargó el set tras romper el saque del moscovita y mantener a continuación el suyo. Pero Youzhny no estaba para más concesiones y firmó un juego casi perfecto para cerrar el primer set con un saque directo.

Youzhny pudo dejar tocado a Ferrer en el inicio de la segunda manga, pero no aprovechó el punto de rotura del que dispuso y se complicó la vida en el cuarto juego. Dos errores y una doble falta dejaron la rotura en bandeja al alicantino.

Los papeles se habían invertido. Ferrer sumó tres juegos en blanco y ahora era Youzhny el que no encontraba su juego ante un rival que con el 4-1 le había cambiado la cara.

Cuando mejor pintaban las cosas para Ferrer, Youzhny superó su bache de juego y al español le entraron las dudas. El partido se igualó y por la cabeza de Ferrer sobrevolaron las cinco últimas finales perdidas. La rotura del undécimo juego fue la sentencia para un Ferrer que cedía su corona como Guardián del Ágora.