De Rubén Ruzafa guardo dos recuerdos especiales: el primero, la entrevista que le hice hace ya cinco años para este mismo periódico. Pero sobre eso volveremos más adelante. Del segundo hace ahora diez meses, en la carrera cicloturista El Pavo de Vélez. Por un pinchazo, Rubén tuvo que parar y subió el último hasta Canillas de Aceituno, donde acababa el tramo controlado. Cuando el rinconero adelantaba a un hombre de unos 40 años pasado de kilos que se retorcía en la bici, un aficionado que estaba en la cuneta gritó un «Vamos, Rubén. Que eres un campeón». Ruzafa se giró y, señalando al ciclista que llevaba al lado, respondió: «Él no es menos campeón que yo. Aquí todos vamos en bici y todos somos campeones». Y lo acompañó hasta la cima, ofreciéndole la rueda como referencia. Una hora después entraba en Cómpeta como ganador de la carrera. Se la dedicó a su amigo Iñaki Lejarreta, fallecido días antes en un atropello.

En otros países donde el triatlón sí interesa, se le recibe como a una estrella. Como lo que es. Y uno de sus sitios talismán es Hawaii, donde el domingo se alzó con su segundo Mundial de Triatlón XTerra, convirtiéndolo en el tercer deportista que ha repetido título en la disciplina y sucediendo a un tal Gómez Noya, que igual les suena. No ha podido ir mejor su regreso tras varios años en el Mountain Bike. Del que, por cierto, no se ha despegado del todo. En las carreras provinciales que se disputan cada fin de semana se le puede ver. Tranquilo, como siempre, fuera de carrera. Y ambicioso al máximo en cuanto cruza la línea de salida.

Ahora es cuando vuelvo a ese primer recuerdo de arriba. Porque la entrevista se la hice con motivo de su inclusión en la Selección Española de Mountain Bike en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Pero una pataleta política desde La Rioja y un carrusel vergonzoso de miradas hacia otro lado hicieron que Rubén se quedase sin el mayor premio que puede recibir un deportista de una disciplina minoritaria: acudir a unos JJOO para los que estaba preparado y que había merecido. Una de las mayores injusticias deportivas de las que he sido testigo. La prueba es que poco después se hizo con su primer Mundial XTerra, también en Hawaii.

Lo pasó mal entonces. Y lo ha pasado mal este año, con una primavera en la que casi no compitió por culpa de una lesión. Pero se sobrepuso. Como siempre. Este verano, ya liberado, inició un camino de victorias en triatlones de España y Europa, el Campeonato Nacional de Triatlón Cross en septiembre e incluso varias carreras MTB de la provincia de Málaga. La última, por cierto, hace apenas una semana en Alhaurín el Grande.

Tiene 29 años. Veremos qué hace la temporada que viene, si se centra en la bici o sigue en el triatlón, con el que tanto ha conseguido. Pero la deuda aún no está saldada. En Río 2016 tendrá 32 años. Falta mucho y pueden pasar mil cosas. Pero a lo largo de estos años, Rubén se ha encargado de demostrar que merecía ese sitio. El deporte le debe una. Y ésta no cuenta.

*Periodista colaborador de la web zonamatxin.es