El Palo volvió a puntuar este fin de semana, algo a lo que ha terminado por acostumbrarse. En las diez últimas jornadas sólo ha perdido un partido, el de la remontada del Cartagena en San Ignacio que servía para estrenar el año. Esta racha positiva contrasta con la que rompió el buen arranque liguero, esas seis derrotas consecutivas, durante todo el mes de octubre y la primera de las semanas de noviembre, que ya son pasado. El cuadro paleño navega con 31 puntos directo hacia la permanencia.

Los pupilos de Rafa Muñoz acumulan en los dos últimos meses de competición cinco triunfos y cuatro empates. En casa doblegaron a Melilla (1-0), Sanluqueño (3-0) y al filial sevillista (1-0), mientras que lejos de su feudo dieron la auténtica campanada en La Línea (1-2) y también doblegaron al filial del Almería (0-1). Otros dos conjuntos filiales, Córdoba y Granada, propiciaron sendos empates con idéntico resultado: 1-1. Y también acabaron en tablas los dos compromisos más recientes, en la localidad albaceteña de La Roda (0-0) y anteayer, en San Ignacio, ante el Cacereño (3-3).

Son números para la esperanza. Pero nadie en el vestuario paleño, en este histórico debut en Segunda B, quiere confiarse. Aunque el colchón con el descenso supera la decena de puntos, en el horizonte más cercano habrá visitas complicadas, a San Fernando, Algeciras, Guadalajara o Lucena o acudirán a Málaga rivales de la entidad del Cádiz o La Hoya de Lorca. Pero la racha invita al optimismo, porque hasta está más cerca la zona de ascenso -siete puntos- que el abismo.