Pablo Martín está de vuelta. O al menos eso se deduce de su actuación ayer en la segunda jornada del Open de Sudáfrica, tercer torneo del Circuito Europeo y que cierra el periplo por el país europeo. El malagueño destapó el tarro de las esencias, ese que hace unos años abría con asiduidad, para colarse en el top ten del torneo -sexta posición- tras presentar una magnífica tarjeta de cuatro golpes bajo par y un resultado total de -5.

Lo cierto es que el malagueño parece que empieza a ver la luz al final del túnel tras varios años de travesía por el desierto. La muerte de su padre y la presión competitiva le hicieron perder, en parte, el amor por el golf, pero ahora está dispuesto a volver por sus fueros. Porque no hay que olvidar que Martín tiene en sus vitrinas tres trofeos del Tour Europeo, y la firma Nike le reclutó en su día con un contratazo. Y es que, la marca americana no se le escapó la calidad y carisma del malagueño, que vio en él una posibilidad enorme de situar su línea de golf a nivel europeo.

Pero volver a la élite del golf mundial no es nada fácil y Pablo, gracias a sus grandes resultados en Sudáfrica, tiene la opción de jugar los torneos que se disputen sobre suelo del país africano. Y el jugador malagueño no quiere dejar pasar la opción de regresar al circuito europeo y para ello, una victoria en el complicado recorrido de Glendower Golf Club le abriría las puertas del Tour de par en par. E incluso, finalizar entre los 10 primeros mañana, le permitiría jugar la semana que viene el HSBC Championship de Abu Dabi, uno de los torneos con más solera del Circuito Europeo y que más dinero reparte (2,7 millones de dólares), además de compartir partidas con los mejores del mundo. Rory McIlroy, Sergio García, Martin Kaymer o el también malagueño Miguel Ángel Jiménez estarán allí presentes.