Los organizadores de la Vuelta a España han buscado para tan especial edición, la número 80, un nutrido abanico de finales inéditos. Y qué mejor «presentación turística» para el recién restaurado Caminito del Rey, como reseñó ayer el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, que situar una meta en alto en tan excepcional paraje.

Será en la primera meta en línea (165 kilómetros), después de la crono por equipos del primer día sobre el albero de Marbella (7,4 kilómetros desde Puerto Banús). Los corredores saldrán de Alhaurín de la Torre para pasar posteriormente por Coín, Pizarra y, por dos ocasiones, Álora y El Chorro. A continuación ascenderán la cota de tercera categoría de Carratraca y, con el serpenteante discurrir que imponen las carreteras interiores de esta parte del interior de la provincia, afrontarán la primera gran rampa de la Vuelta: el Alto de la Mesa en el Caminito del Rey. La llegada estará situada a 560 metros de altitud y, aunque no deje de ser un puerto de tercera categoría, las fuerzas estarán intactas para que pueda verse un magnífico espectáculo ciclista en un lugar recién remodelado y que de momento apenas ha tenido un «visitante de honor», el acto malagueño Antonio Banderas.

La tercera etapa partirá de Mijas para cubrir 164,6 kilómetros por localidades como Alhaurín el Grande, Cártama, Campanillas, los altos de Sierra Almogía y de Colmenar -ambos de tercera categoría-, Riogordo, Periana, Vélez Málaga o Torre de Benagalbón, en el término municipal de Rincón de la Victoria. La meta será no menos singular, al estar situada en el Muelle 1 de la capital costasoleña.

Tras esa gran primera etapa llana, habrá una segunda meta en alto: la de la localidad gaditana de Vejer de la Frontera (190 metros de altitud). Será otro recorrido con sabor malagueño, porque el pelotón partirá esta vez, el martes 25 de agosto, de Estepona.