El Marbella vivió ayer otro partido para olvidar, después de encajar una dolorosa «manita» en el histórico Ramón de Carranza. No le salió absolutamente nada a la escuadra costasoleño, porque no logró aprovechar un penalti para ponerse por delante y encajó sendas dianas en la última jugada del primer tiempo y otra más, en la primera después de la reanudación.

Esa mala fortuna, unida a que el Cádiz es uno de los conjuntos más potentes de la categoría, acarreó un marcado abultado en la mañana dominical, con tantos que se sucedieron sobre todo tras un descanso que propició que los blanquillos se viniesen abajo a raíz del 2-0 transformado en los primeros instantes de la segunda parte.

La primera parte estuvo bastante controlada para los intereses de los visitantes, aunque las ocasiones correspondieron a los locales. Con su juego a rachas fueron los que llevaron más peligro. Aún así, el Marbella tuvo la opción de marcar con un penalti sobre Diego Segura, en el minuto 41. El lanzamiento de Verdú fue bien interceptado por Aulestia.

Y de ese posible gol marbellí se pasó al del Cádiz, en la última jugada del primer tiempo, con un excelente zapatazo de Óscar Rubio desde la frontal del área. Los gaditanos prolongaron su presión y no tardaron en llegar con peligro. En el minuto 49, Airam envió una vaselina al larguero. Fue el aviso, porque en la jugada siguiente acertó y puso el 2-0. El tercer tanto, segundo en la cuenta de Airam, finiquitó el partido en el minuto 68.

Luego llegaría la cuarta diana de los amarillos. Y se temía por una goleada más amplia, aunque sólo vendría una diana más, a raíz de un penalti sobre el malagueño Jona, que él mismo transformó.