En unos meses cumplirá los 39, pero su edad no es óbice para seguir sentando cátedra en la LEB Oro, donde Ricardo Guillén lidera la estadísticas este curso en puntos (16,96), valoración (20,48) y minutos disputados (31). Es el máximo anotador histórico de la competición y tras su clínic del domingo en Torre del Mar, con 51 de valoración, igualó la mayor cifra de un jugador nacional, que él mismo poseía de su etapa en Los Barrios (2008/09), y sirvió para que el Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón salvara la categoría. El equipo malagueño seguirá una temporada más en la segunda Liga del baloncesto español. Pero, ¿qué pasará con Richi?

El ala-pívot tinerfeño confiesa a La Opinión que ha vivido «una de las temporadas más duras» desde que es jugador profesional. Y ya han sido unas cuantas. Ha sido un curso realmente frustrante para Richi, que no ha disfrutado del básket, porque el equipo, en muchos tramos del año, no ha sabido hi ha podido competir. Y eso, para un jugador de su pedigrí y de su raza, ha llegado a ser muy duro.

«El año pasado, por estas fechas, ya sabía que iba a seguir jugando una temporada más, lo tenía decidido. Ahora, la verdad es que no lo sé», admite. «Ha sido una temporada muy dura» -prosigue- «porque tengo 38 años y evidentemente quiero tener una tranquilidad, y el año pasado me divertí muchísimo, y ahora sería injusto decirte que no he sufrido. He sufrido mucho», explica.

El subidón que le ha proporcionado su fantástica actuación ante el Oviedo y la salvación de categoría, con un notable rendimiento del equipo en el último mes, no cambia para nada su perspectiva. «Hay que ver la realidad de las cosas, y yo soy realista. Hay muchas cosas. No sé si el equipo va a seguir o no, pero me gustaría tener una tranquilidad si sigo jugando...».

Seguir batiendo récords a apenas dos meses de soplar las 39 velas «tiene más mérito». «Hacerlo con esta edad, con los años que tengo...», dice el jugador. «Es la anotación máxima de mi carrera profesional», añade. Justo en el momento que más falta le hacía al Clínicas: «Hace un mes esto era inviable, impensable, el equipo se iba al pozo, y hemos conseguido sacarlo. Hay que darle el valor que tiene. El equipo ha cambiado su manera de jugar, ha entendido mejor las cosas. Ha sabido dónde estamos y lo que tenía que hacer».

Hay algo que Richi tenía muy claro: había que aprovechar la bala de Oviedo y no llegar a los partidos de Logroño o Navarra para lograr la permanencia, a costa de mandar a LEB Plata a El Prat. «No había que dejar pasar el partido de Oviedo. Para todos es bueno. Los júniors podrán ir con sus equipos y el club podrá planificar de una manera más tranquila. Hay que felicitar a todos y los niños van a aprender de esto, de lo duro que es vivir abajo, para que así aprendan a valorar lo que tienen», finaliza.