El Palo vivió ayer una tarde agridulce. Fue positiva por las sensaciones que ofreció, por el enorme esfuerzo que desplegó sobre el terreno de San Ignacio y el puntazo que cosechó ante un aún candidato a disputar la fase de ascenso a la Liga Adelante. Pero la nota triste la puso el balance de la jornada, puesto que la escuadra adiestrada por Rafa Muñoz sabía que caería al puesto de colista si no conseguía los tres puntos.

El duelo andaluz de la tarde dominical en el grupo cuarto de Segunda B mantuvo la incertidumbre del empate inicial hasta la segunda mitad. Ninguno de los dos equipos dio algo de sí en los primeros cuarenta y cinco minutos. El Jaén, que llegó a la barriada malagueña con vítores de favorito, no pudo imponer su superioridad, aunque sí consiguió ahogar a los locales con una intensa presión.

El Palo, por otro lado, confiaba todo su ataque a un Zamorano que, con sus gambeteos y regates constantes, se convirtió en el referente ofensivo paleño. El marcador siguió sin estrenarse tras una primera mitad en la que ambos clubes lo intentaron sin cesar.

La contienda, con las cámaras de la televisión pública andaluza en directo, se recrudeció en la segunda mitad. Las necesidades de los equipos enfrentados parecieron emerger. Y de esa manera sus arietes buscaron el gol con más hambre. Los primeros en adelantarse fueron los jienenses: en una acción de Paco Sutil, que buscó un centro, el esférico acabó rematado en propia puerta por Márquez.

No tardó en mover el banquillo Muñoz, al dar entrada a Pirulo y Juanillo, jugadores determinantes para el empate. El segundo disparó a puerta y el rebote lo rescató Pirulo, que no falló y fusiló al portero. Los locales buscaron luego el segundo, pero esta vez fue imposible.