El suizo Joseph Blatter, de 79 años, fue reelegido hoy presidente de la FIFA para un quinto mandato, tras la la retirada de la candidatura de su único rival, el jordano Ali Bin al Hussein, antes de procederse a la segunda votación.

Este optó por retirarse tras la primera vuelta de una votación de la que Blatter salió claramente victorioso (133 votos frente a los 73 de su adversario), aunque se quedó a siete de los dos tercios que necesitaba para vencer en primera vuelta.

"Sólo quiero daros las gracias a todos, ha sido una magnífica travesía", dijo Ali al anunciar su retirada al Congreso de la FIFA. Blatter tenía la victoria asegurada, pues el vencedor requería en la segunda vuelta una mayoría simple.

Después de su escueta despedida, Joseph Blatter le trasladó su gratitud al jordano por ser "un gran competidor", que "ha obtenido un resultado con el que habría sido fácil decir vamos adelante, porque quizá recabe más votos".

"Les agradezco que me hayan aceptado para los próximos cuatro años y para comandar esta barca llamada FIFA. Hace cuatro años les planteé retos, pero tenemos problemas de organización dentro de la FIFA y en el Comité Ejecutivo. Asumo la responsabilidad", admitió.

Visiblemente emocionado, Blatter llegó a mencionar la "ayuda de Alá o quien sea" para lograr que el final de su mandato sea "un éxito". "Me gusta mi trabajo, me gustan ustedes. No soy perfecto, nadie lo es. Vamos a hacer el trabajo juntos. Gracias por la confianza. Vamos juntos, vamos FIFA", jaleó antes de cerrar la sesión.

La elección de presidente fue la única que se realizó con la emisión del voto, secreto, en urna, lo que obligó a la instalación de cabinas en la sala donde se desarrollaba el Congreso y prolongó el proceso durante cerca de una hora y veinte minutos.

"Los culpables son individuos, no el conjunto de la organización"

Inaugurado a las 9.30 de la mañana y clausurado hacia las 19.30 horas, el Congreso demostró la mayoritaria confianza de la FIFA para otros cuatro años en quien es su presidente desde hace 1998, pese al rechazo mostrado por gran parte de la UEFA y federaciones como Estados Unidos, Canadá y Australia, dispuestas a votar en contra.

"Nos hacen responsables de la tormenta... De acuerdo, tomo esa responsabilidad para mí y quiero asumirla, subir la pendiente y reconstruir la FIFA con ustedes. Los culpables son individuos y no el conjunto de la organización", dijo Blatter a las 209 asociaciones que forman la FIFA momentos antes de la votación.

Pese a aceptar que las reformas acometidas en busca de mayor limpieza desde el inicio de su anterior mandato en 2011 no han tenido el resultado pretendido, Blatter cuestionó con cierta ironía que las detenciones de directivos de la organización se hayan producido en vísperas del Congreso.

"Al final del mandato entregaría una FIFA sólida y fuera de la tormenta, fuerte e integrada en la sociedad, con sistemas de vigilancia para rechazar intervenciones políticas de derecha o de izquierda. Me conocen, saben quien soy y yo sé que puedo contar con vosotros... quiero continuar, es una cuestión de confianza", pidió.

De confianza también habló previamente su contrincante, el príncipe jordano Ali bin Al-Hussein, el miembro más joven del Comité Ejecutivo de la FIFA y el único de los candidatos que ha mantenido su pulso al poder establecido hasta el día de hoy.

La semana pasada retiraron sus candidaturas el exfutbolista portugués Luis Figo y Michael van Praag, presidente de la Federación Holandesa que trasladó su apoyo al dirigente jordano. Los franceses David Ginola y Jêrome Champagne, que fue secretario general adjunto de FIFA y trabajó en ésta entre 1999 y 2010, anunciaron su intención pero no llegaron a formalizar las candidaturas.

Al Hussein invitó a los delegados a iniciar con él "un proceso de cambio" en la organización, "recuperar la confianza", "hablar con una sola voz" y trabajar "para un futuro colectivo" en una federación de la que "poder sentirse orgulloso".

"La FIFA no es una compañía, sino una organización de servicios. Si me dan su respaldo podemos empezar de nuevo. Es el momento de demostrar al mundo lo que es la FIFA. Tienen el futuro en sus manos. Escuchen solo a su conciencia y a su corazón", les animó sin éxito para luego renunciar.