Manolo Rincón es un ser especial. Empresario, político, torreño, emprendor y mecenas del deporte malagueño. El listado es muchísimo más largo y él, en cada repuesta, va descubriendo nuevas habilidades y formas de comprender y afrontar la vida.

Si le pido que me enumere a qué clubes apoya, ¿cree que terminamos antes si me dice con los que no guarda relación?

Es una locura... Son pequeñas ayudas que luego hacen un mucho. Ahora me ilusiona también el Club de Remo de Torre del Mar. Ahora que lo recuerdo, me lo apunto, que tengo que darles el dinero para la construcción de la barca de jábega antes de gastarlo con otra ayuda. Lo único que yo quiero es ayudar y lo que me preocupa es cumplir. Y no hago más cosas porque no tengo más. Ahora hemos apoyado también a los «Tiburones» de béisbol, y también a dos deportistas con minusvalía y a una nadadora, Lucía Pastor.

¿De dónde le viene a Manolo Rincón su afán por ayudar a los deportistas?

No sé por qué lo hago. Viene gente a hablarme de proyectos, con ilusión, y si me enganchan... Me he quedado fines de semana en casa sin salir para no gastar y poder ayudar a algún equipo.

Hace unas semanas presentó varios proyectos en la Clínica Rincón de La Rosaleda (Tiburones de béisbol, Amivel silla de ruedas...) y tras el acto hubo luego cola para presentarle nuevos proyectos y pedirle apoyo...

Sí, sí... así fue. El otro día recibí un correo de una presidenta de un club de fútbol sala reprochándome que no ayudara a su deporte, pero está equivocada. El fútbol sala fue de los primeros deportes que yo ayudé, en Vélez. Y de hecho, la Federación me reconoció hace ya cinco o seis años el apoyo al fútbol sala. Me preguntabas antes por los motivos... Cuando yo empezaba en mi empresa admiraba mucho a Paco Toboso (exalcalde de Vélez y empresario) porque tenía un equipo de balonmano femenino (Invedalsa Vélez) y le veía en las televisiones locales, y le admiraba empresarialmente. Yo era más joven que Paco y, al mismo tiempo y por mi actividad política (Rincón es el presidente del Grupo Independiente Pro Municipio de Torre del Mar), quise demostrar que no tenía nada en contra de Vélez.

¿Cuál fue su primer gran patrocinio en el mundo del deporte, y no me refiero a una ayuda de 5.000 pesetas o una equipación?

Fue a un equipo de fútbol sala de Vélez, el germen del que ahora es el UMA-Antequera que acaba de ascender a la máxima categoría. Ese fue el primer equipo que yo apoyé. Luego ayudé a un equipo de balonmano femenino, también de Vélez. Después llegó el Club Atletismo Clínicas Rincón, que nació con nuestro patrocinio. Y lleva ya muchos años...

¿Por qué decidió dar el paso y se convirtió en presidente y propietario del Clínicas Rincón de baloncesto?

El presidente del Club Baloncesto Axarquía, Federico Ruiz, me planteó el patrocinio del club. En diez minutos llegamos a un acuerdo e incluso fuimos al banco y le di el dinero del patrocinio. Porque lo que me gusta es cumplir. No hay ninguno de mis patrocinados que pueda decir que yo no he cumplido, y ése es mi aval. Le di el dinero y a los tres días, la directiva del club me comunicó que, sintiéndolo mucho, yo no podía patrocinarles. Me devolvieron el dinero, porque un político de Vélez Málaga les había «sugerido» que yo no podía patrocinarles. Al cabo de unos años, se quedaron sin patrocinador, vinieron a verme y yo les ayudé.

¿Y qué pasó?

Ascendimos a LEB Plata, les avalé porque había mucha ilusión. Pero a los tres partidos, al presidente le salió trabajo fuera de Vélez y yo, que ni tenía ni tengo idea de baloncesto, me quedé con el club. Eso me enganchó. Me encantó coincidir con jugadores y me encantó conocer a gente del Unicaja como a Ramón García, a Juanma Rodríguez... y a admirados personajes del mundo del baloncesto. Yo, cateto y de pueblo, me veía a su lado, que no a su nivel. Aquello me cautivó. Pude pagar aquel año, porque yo siempre me he planteado todo esto año a año, y un añito más, un añito más... Son ya muchos años. No quiero mirar para atrás porque da miedo. A veces me pregunto si todo ese dinero lo hubiese dedicado a mi empresa, qué hubiese sido mejor. Pero el deporte nos ha dado al Clínicas Rincón lo que nos ha dado: respeto y reconocimiento en Málaga y Andalucía. La verdad, me siento satisfecho.

¿Qué siente cuándo la gente llama a su puerta?

Depende de cómo te coja el cuerpo. En eso soy como cualquier persona. Me han regalado el libro «¿Cómo decir que no?», pero la verdad es que no lo he leído. Soy un privilegiado del momento que está viviendo Málaga.

Dicen que la crisis ya remonta, pero el último lustro ha sido nefasto para la empresa y la economía. Y usted, sin embargo, ha seguido apoyando el deporte. ¿Cómo se hace eso?

Un reparto justo. Hablando con los deportistas. He intentado repartir, no el sobrante de la empresa, si no lo que yo intuía que podíamos utilizar para apoyar. Es que no se podía dejar caer a un equipo malagueño que había ascendido a la División de Honor de balonmano femenino por 60.000 euros. Un grupo de niñas malagueñas, un pedazo de presidenta como Carmen Morales, con una ilusión tremenda tras muchísimos años. El haber logrado esa gesta de haber ascendido, y yo leerlo un domingo en la prensa y me dice la presidente que el equipo no puede salir... Tenía que hacer algo. Salir menos los fines de semana, administrar mejor mi empresa, hablar con los proveedores médicos... Pero no podía permitir que esa ilusión se cayera. Al final es que es Málaga. Y luego creo que el deporte me ha dado mucho. Yo soy un cateto de pueblo. Y me estás haciendo una entrevista como el «mecenas del deporte malagueño». En mi vida me lo podía yo haber imaginado. Me lo he pasado bien, la verdad.

¿Y eso?

El equipo de waterpolo de Marbella nos pidió ayuda para poder subir, porque necesitaban ayuda y jugar en una piscina que reuniera las condiciones. Así que me ilusionó apoyar al Waterpolo Marbella-Torre del Mar y ver a los chavales llevar el escudo de mi pueblo en la camiseta me hizo mucha ilusión. Además, el alcalde de Vélez me dijo: «Ya me la has colado, con el escudo» (risas). Fue una aportación de 2.000 euros para que los chavales pudieran subir de categoría.

¿Se ha tenido que privar de algo en el ámbito privado por poder ayudar en algún patrocinio?

Antes no era consciente de eso, ahora sí. Antes ponía en primer lugar mi empresa y el apoyo deportivo. Hace tres o cuatro años cambié un poco el chip, pude hacer una obrita en mi casa, que le hacía falta.

¿En algún momento se ha dicho a sí mismo, con números delante, que no podía seguir haciendo este esfuerzo?

En esta temporada... Hubo un partido, en el Clínicas-Valladolid, que perdimos por 40 puntos, me planteé bajar al equipo a Liga EBA. De hecho he tenido hasta hace poco en un cristal los propósitos de la Nochevieja. Y uno de ellos fue ése: llevarme el equipo a la EBA.

¿Cuáles fueron los otros?

Dejar el tabaco, montar un comedor social, que estoy pendiente de que el Ayuntamiento me dé el permiso, montar otra clínica en Vélez y otra en Almuñécar. Lo hice cinco minutos antes de comenzar el 2015. En el baloncesto en EBA lo he fallado. Estoy fumando menos y a ver si de una vez me dan los permisos para el comedor social.

¿Por qué quiso llevarse al equipo de LEB Oro a Liga EBA?

Porque la ilusión se había perdido. Vi que faltaba algo. Los jugadores, el equipo, Carranque, el público, yo... Todo se juntó.

A Manolo, en plena entrevista, le llama su abogada.

¿Algo importante?

La abogada. El 28 de julio presentaremos un nuevo acuerdo, con el CD Rincón, al que también vamos a apoyar. Acaba de ascender a Tercera División y me entrevisté con Juan Rosa para apoyarles.

¿Otro patrocinio más?

Y también vamos a echarle una mano al UMA-Antequera. Tenemos un convenio con la Universidad y vamos a ayudarles también. Pedro Montiel y yo hablamos en un acto y quiere que estemos con él. Han hecho una magnífica labor, es una pasada. Conocí a Moli, el entrenador, y a los jugadores. Y vamos a darle una pequeña ayuda.

¿Le queda algo?

Si no pasa nada raro, el Clínicas Rincón de LEB Plata va a jugar en Torremolinos. El Ayuntamiento ha mostrado gran interés y estamos en buena sintonía. Si eso ocurre, vamos a sacar un equipo femenino de baloncesto en la Axarquía, en principio en Nerja, que es donde más mujeres hay practicando baloncesto.

También apoya a deportistas de disciplinas individuales.

Sí, ya te digo, depende de cómo me pille el cuerpo y el bolsillo.

¿Qué dedica Clínicas Rincón al patrocinio deportivo?

Unos 700.000 euros al año. Mucho dinero para mi empresa. La aportación al deporte está sobredimensionada viendo la facturación de la empresa.

¿Y todo eso se lo devuelve el deporte?

Sí, yo creo que sí. Me devuelve una comunicación con los ciudadanos de Málaga amantes del deporte. Imagino que cuando alguien tiene la necesidad de un servicio médico se acordará de «Clínicas Rincón, para no esperar», porque nos ve en el deporte. Hemos firmado ahora un convenio con El Corte Inglés de ecografías 4D y me imagino que me llaman porque la notoriedad que el apoyo al deporte me da hace cómodo estar junto a una empresa que apoya al deporte. Clínicas Rincón y el deporte van cogidos de la mano. El acercamiento al deporte es fundamental, necesitamos el deporte para que la gente sepa de nosotros. Y también es una responsabilidad si esto no siguiera porque dejaría tirada a mucha gente.

¿Supone eso también una responsabilidad?

Me ayuda a dormir. Me siento socialmente responsable. Esto es una especie de ONG para mí.

¿Seguirá siendo el Clínicas Rincón de baloncesto su buque insignia?

El baloncesto es que lo gestionamos nosotros: viajes, hoteles, pagamos jugadores, técnicos... Lo demás son patrocinios.

El deporte, además, le «obliga» a tener personal contratado para gestionar esta parcela.

Efectivamente, claro. Eso era impensable, pero es así. Cuando lo piensas da hasta vértigo. Lo mejor es que he podido cumplir con mis compromisos. He tenido suerte, mucha suerte. Me siento feliz por haber cumplido. He pagado todo a lo que nos comprometimos, tanto en el Clínicas Rincón como con los patrocinios. Y veo a otros equipo y otros clubes, con todo lo que deben... Yo no le debo nada a nadie.

¿Ha visto a gente que se lucra del deporte de forma ilegal o, al menos, poco «decorosa»?

Gente interesada hay en todos lados, en el deporte también. Hay gente que vive del deporte de forma poco elegante y hay que detectarlo, y dejar de ayudar. También hay gente que apoya al deporte incluso con más necesidades que yo. Yo no soy el único «héroe» que apoya al deporte en Málaga. Hay muchos malagueños anónimos que, gracias a ellos, el deporte está donde está. El deporte malagueño está vivo gracias a ellos. O los que se sacan un carnet por 50 euros o por 30 euros. Ese gesto ayuda económica y moralmente. Si te encuentras con 300 socios a 30 euros te salen 9.000 euros, y eso es un dinerillo. Te da para dos viajes del equipo LEB. Las pequeñas cosas, la suma de muchas pequeñas cosas, es lo que hace que las cosas crezcan.

¿Sabe ya lo que son unos pasos en baloncesto?

Sí, sí, sí... veo algo raro. Los cuento, un, dos, tres... pasos. En una comida que tuve con Joan Plaza le dije que me encantan los tiros de tres puntos.

¿Ha comido con Joan Plaza?

Sí, me lo llevé a La Caleta a comer, con su mujer. Le he dicho que me encanta el tiro de tres. Yo soy una persona arriesgada y le dije que si fuera entrenador -que no lo soy- intentaría siempre tirar de tres puntos. Pero poniendo en el poste bajo a dos pedazo de tíos muy grandes para coger el rebote.

¿Y qué le dijo el entrenador?

Que soy muy peligroso. La mujer me decía que me escuchaba gritarles a mis jugadores en los partidos del Clínicas: «¡Tira de tres, tira de tres!».

Ayudas¿Se pone usted un límite?

Voy año a año. Siempre he pensado que si la cosa me fuera mal tengo el dinero con el que apoyo al deporte para poder sobrevivir. Soy tonto, pero no tanto. Tengo un reequilibrio con el deporte, y lo pienso mucho. Es una responsabilidad si esto no siguiera porque dejaría tirada a mucha gente.

Baloncesto¿Es un paso atrás que el Clínicas deje la LEB Oro para competir en LEB Plata?

Me convenció Paco Aurioles. Nos ganamos deportivamente estar en Oro, pero es verdad que sufrimos mucho. Este año tendremos más jóvenes. Va a ser una Liga muy competitiva, con muchos filiales de la ACB, y quizá sea una Liga más justa para nosotros. También decide el Unicaja que para que Soluade y Karahodzic jueguen más tiempo es mejor estar en Plata. Pero por otro lado, en los dos años que Kenan ha estado con Ricardo Guillén ha aprendido mucho. Al lado del maestro Guillén, que es un sabio, los niños han aprendido. Si han querido aprender y ha habido voluntad, lo han hecho. Porque hubo un buen maestro.

Empresa¿Qué le dicen los accionistas de su empresa?

Yo tengo el 89% de las acciones y como la empresa sigue creciendo... Me siento feliz apoyando a los clubes. Antes, la verdad, me daban hasta dolores de barriga. Me he tirado muchos fines de semana sin salir de casa, porque un apoyo es dinero. Ha sido un tiempo incluso de quitarme muchas cosas, de salir los fines de semana.