A simple vista parece solo un veraneante más haciendo algo de ejercicio a primera hora de la mañana por el paseo marítimo de Benajarafe. Pantalón de deporte negro, camiseta roja y zapatillas deportivas grises y amarillas. Buen ritmo de zancada, pero más de trote que de esprint. La sorpresa llega cuando el «anónimo» deportista se acerca y te cruzas con él. Algunos kilos de más no impiden reconocer al ilustre corredor -runner como gusta decir ahora a los puristas- que se «machaca» por tierras axárquicas sudando la gota gorda en estos días de calor extremo que estamos pasando. Es nada más y nada menos que Fermín Cacho, uno de los deportistas españoles más importantes de toda la historia de nuestro deporte.

El atleta soriano veranea estos días en la zona este de la Costa del Sol. Afincado en Andújar (Jaén) desde hace ya varios años con su mujer y sus cuatro hijas, Cacho es un mito viviente del atletismo español y también mundial. El exatleta internacional de 46 años ha decidido pasar unos días de descanso en la provincia malagueña y además del ocio y del descanso, el soriano no descuida su preparación física, que durante el invierno cuesta más cuidar.

Cacho está considerado y reconocido como uno de los mejores atletas de todos los tiempos, destacando en su amplio palmarés dos medallas olímpicas, una de oro inolvidable en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y otra de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, ambas en la prueba de1500 metros lisos. También ha destacado en Campeonatos del mundo obteniendo dos importantes subcampeonatos en 1993 y 1997 y medallas de plata en pista cubierta en el campeonato del Mundo de Sevilla en 1991 y en 1990 en Glasgow. Es más, su mejor marca en 1500 metros de 3:28.95, conseguida el 13 de agosto de 1997 en Zúrich, continúa siendo hoy récord de España.

Si usted se acerca estos días a la zona de Benajarafe y pasea por su paseo marítimo o por la orilla de la playa, esté atento, quizás tenga la suerte de cruzarse con un deportista que marcó una época en el deporte español y que protagonizó un momento histórico para España cuando encaró aquel verano de 1992 la recta de la línea de meta del estadio olímpico de Montjuic para colgarse el oro olímpico en los 1500 metros de los JJOO de Barcelona. Aquella imagen y aquel hito están considerados como el «otro» gran momento de la historia del deporte en España junto al gol de Andrés Iniesta a Holanda, en la prórroga de la final del Mundial de 201o de Sudáfrica, que dio a España el título mundialista. Casi nada.