El eslovaco Peter Sagan (Tinkoff) se sacudió el «síndrome del segundo puesto» que le persigue en las grandes pruebas y alzó los brazos como vencedor de la tercera etapa de la Vuelta disputada entre Mijas y Málaga, con un recorrido de 158 kilómetros y en la que el colombiano Esteban Chaves (Orica) defendió con éxito el maillot rojo de líder. «Por fin he conseguido una victoria, algún día tenía que llegar. En el deporte unos días estás arriba y otras abajo, pero a mí eso no me pasa porque siempre soy segundo», dijo con humor Sagan, muy aliviado al bajarse de la bicicleta.

Tras batir al esprint al francés Nacer Bouhanni (Cofidis) y al alemán John Degenkolb (Giant) celebró una victoria que se le negó en el Tour con cinco segundos puestos, hasta el punto de ganarse el apodo del «nuevo Poulidor».

Y no es que se le haya olvidado ganar a la estrella del ciclismo eslovaco, de 25 años. Esta temporada, aunque se ha quedado a las puertas de la victoria 15 veces, ha firmado 9 victorias. Otro cantar son las grandes carreras, donde la sequía era preocupante. En el Tour está en barbecho desde 2012 y en la Vuelta no alzaba los brazos desde 2011.

La jornada fue balsámica para Sagan y todo el Tinkoff, pues fue el equipo que más trabajó en todo el trayecto en busca del primer esprint de la Vuelta. También fue un respiro para la organización después de los sobresaltos del albero marbellí y de la trampa de Nibali que acabó con el concurso del «Tiburón».

También fue un día inolvidable para el colombiano Esteban Chaves, que resistió vestido de rojo una «etapa muy pestosa» en la que el viento de cara obligó al pelotón a esforzarse más de lo previsto. Estaba nervioso el «Chavito», pero sigue siendo el rey con 1 segundo de ventaja sobre el holandés Tom Dumoulin (Giant) y 15 respecto al irlandés Nicolas Roche (Sky).

Entre los favoritos sin cambios, con Purito Rodríguez, Alejandro Valverde y Chris Froome en 5 segundos.

Era día de esprint y se cumplió el guión. Por el camino el Astana tuvo otra baja, la del italiano Tiralongo, quien se partió la cara en la caída de la víspera. En las filas del Trek se bajó de la bici «Espartaco» Cancellara, enfermo, con gastroenteritis. A pensar en el Mundial.

Se animaron pronto unos cuantos aventureros, desafiantes. Eran ocho, entre ellos el vizcaíno del Caja Rural Omar Fraile, quien puntuó en cabeza en las dos únicas dificultades de la jornada, el Alto de Mijas (3ª) y el Puerto del León (1ª) para enfundarse el maillot de puntos de la montaña.

El Tinkoff se encargó de echar abajo la avanzadilla, lo que se concretó a 15 kilómetros de meta, a pesar de la resistencia de Gougeard y Tjallingii. El esprint animaba los sueños de Peter Sagan, y del alemán John Degenkolb, loco por lograr su décima victoria en la Vuelta. También de Bouhanni, que sorprendió con la segunda plaza tras sufrir una dura caída que le dejó la espalda averiada.

Se trataba de aprovechar una de las pocas ocasiones que van a tener los velocistas en esta montañosa edición. El pelotón inició la lucha por ocupar una buena posición en los últimos kilómetros. Degenkolb atacó de lejos, pero Sagan reaccionó a tiempo y le superó por la izquierda con claridad. Se acabó la racha de segundos puestos. La Vuelta perdió un tiburón, pero recuperó al «bicho».