La capilla central de Parcemasa se ha quedado pequeña esta tarde en la misa por José Luis Pérez Canca, exjugador de Puleva Maristas, fallecido ayer jueves, a los 44 años, víctima de un cáncer de páncreas. Todo el mundo del balonmano malagueño y nacional quiso rendir su homenaje y despedir al exjugador, que fue incinerado y cuyos restos serán trasladados al cementerio de Fuengirola, donde había fijado su residencia junto a su mujer Beatriz y su hija Elena.

Sus compañeros de Maristas, con su exentrenador, Juanjo Fernández, y el capitán Quino Soler, ahora técnico del Meridiano Antequera, representaron la esencia de su colegio, donde se crió como persona y como jugador, y que también estuvo representado por exdirectivos de la época y por los hijos del fallecido Feliciano García Recio, el presidente de aquel Puleva, como "Boli", que jugó con él en categorías inferiores, u "Hormigo".

Directivos como Antonio Rosales, representando a la Federación Española de Balonmano, o el presidente de la Asociación de Jugadores, Claudio Gómez, han estado esta tarde dando el pésame a su familia y en la misa, celebrada a las 18.00 horas. Caras muy conocidas del balonmano nacional, como la del exjugador Demetrio Lozano, han estado en Parcemasa, además de excompañeros y amigos. Los que no han podido estar lo han hecho a través de telegramas, como los enviados por el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, o el consejero de Turismo y Deporte, Francisco Javier Fernández. El gerente de Málaga Deporte y Eventos, Pepe del Río, estuvo en nombre del Ayuntamiento.

El deporte malagueño sigue llorando la pérdida de "Pepelu", internacional absoluto con la selección, que se retiró del balonmano en el Antequera. Al poco tiempo de hacerlo, al licenciado en Telecomunicaciones se le detectó el cáncer con el que ha estado luchando el último lustro. El jueves murió en su casa de Fuengirola, rodeado por sus dos hermanos y su familia. Descanse en paz.