­Me preguntan por Pepelu, y no tengo que pensarlo mucho€ Para mí representaba la humildad, la nobleza y el sacrificio, pero todo llevado de una forma natural y con inteligencia. Tanto en la competición, como en el trabajo diario del entrenamiento era una persona que con su genialidad y en la sombra, hacia brillar a los demás, ya que transmitía su seguridad y su espíritu combativo, lo que para mí supuso que fuera un pilar imprescindible en el equipo a nivel deportivo y personal.

Muy simpático y extrovertido, su carisma creaba siempre buen ambiente, siendo muy fácil dirigirlo, pero no por eso menos serio y responsable en sus obligaciones, y sobre todo demostrando una gran capacidad de esfuerzo, ya que a la vez de los duros entrenamientos, viajes, partidos, lesiones, etc.. estudiaba con tesón su carrera, compaginándola con su gran pasión por el balonmano.

Nos dijo su mujer en el cementerio que se ha ido, y que de su boca no ha salido ni una queja, que no ha tirado la toalla en ningún momento durante la enfermedad, como buen competidor€. Yo tampoco lo he escuchado nunca quejarse, ni tener un mal gesto para ninguno de su equipo.

Para mí ha sido un lujo haberlo tenido como jugador y amigo, lástima que no haya podido esta vez fintar su destino€ D.E.P

*Juanjo Fernández es exentrenador de maristas