­Más de 700 personas participaron en la Gran Fiesta del Deporte, organizada por el Real Club Mediterráneo, que reunió a deportistas y familiares en su puerto deportivo, en una intensa jornada de convivencia entre todas las secciones deportivas. Durante el evento, el Real Club Mediterráneo rindió homenaje a algunos de sus deportistas más laureados en este 2015 que ya camina a su fin.

Entre ellos, Álvaro Martínez y Gabriel Utrera, bronce en el Mundial de Snipe; Adolfo Villalón, campeón de Europa de Optimist por equipos y cuarto individual; el equipo veterano de remo, campeón de España de yola; Adolfo Ferrer, campeón de España de remo de mar y el equipo de Natación femenino formado por Lucía Pastor, Cristina Sutilo Catalán, Marina Clavero y Marina de la Torre Guil por su ascenso a Primera División Nacional.

Se echó en falta a Joaquín Canales, que ha logrado esta temporada cinco campeonatos del mundo de Natación Máster, pero que ese día recibía otro galardón de la Federación Andaluza de Natación y no pudo acudir a esta cita.

Entre los asistentes hubo una nutrida representación de las secciones de natación, vela, remo, pádel, tenis, frontón, futbito, actividades dirigidas, atletismo y triatlón, que tuvieron ocasión de practicar su deporte habitual e iniciarse en otros.

La jornada arrancó con una carrera familiar de 1.500 metros destinada a los más pequeños, seguida de otra de 5.000 metros, donde participaron atletas de la talla de Rubén Bravo, campeón de Europa de Triatlón Olímpico. Precisamente, para triatletas y nadadores, se disputó una travesía a nado de 1.000 metros, con salida y llegada en una rampa situada junto a la bocana del puerto deportivo y con una virada junto a la playa de La Malagueta.

Asimismo, contó con un gran éxito los bautismos de remo y de la vela, en el que participaron como monitores varios campeones de España o de los recientemente terceros en el campeonato del mundo de snipe, Martínez y Utrera. Otras de las actividades que se pudieron practicar fue spinning, ergómetro, crossfit o un futbolín humano. Para acabar, los asistentes degustaron una paella gigante, en un gran ambiente.