Derrota del Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón ante el Covirán Granada, en un encuentro en el que los malagueños pelearon de tú a tú con uno de los aspirantes al ascenso a LEB Oro. El equipo de Pablo Pin impuso su superioridad física en la segunda mitad, con Duane James y John Schoof tirando del carro granadino (80-68).

Se notaba que había ganas de baloncesto y sobretodo de derbi en el Palacio de los Deportes de Granada. El ambiente era el de cada sábado en la ciudad de la Alhambra, con casi 2.500 espectadores en las gradas y con un invitado de lujo, el Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón, que se presentó con casi todas sus piezas en una pista histórica en la ACB. Salió Covirán Granada dispuesto a hacer valer su mayor experiencia, moviendo el balón con rapidez y buscando siempre la mayor ventaja física bajo el aro. De ahí nació la primera ventaja del encuentro, un 7-0 que para nada descentró al equipo de Paco Aurioles. Un motivadísimo Carlos Corts -granadino de nacimiento- lanzó al Clínicas a por el partido. Dos triples del base quitaba presión al equipo, que aunque con tiros cómodos, no terminaba de encontrar el aro rival. El partido se trabó a partir del minuto 6, cuando ambos equipos llegaron al bonus de falta personal que les obligaba a ambos a tener mucho cuidado para no cargarse de personales en sus jugadores importantes. Con Jesús Fernández bien atado, fueron Berni Castillo y Duane James, junto a John Schoof, quienes tuvieron la sangre fría en el tiro para darle el primer parcial de ventaja a los locales (22-14).

Con un 2+1 de Cristian Uta arrancaba el segundo acto, pero el rumano no acertaba desde la línea de personal. El más listo de la clase, un Romaric Belemene que quería volver a vestirse de líder, cogió el rebote y recibió una falta antideportiva. Despertaba ahí el Clínicas Rincón, que poco a poco se iba metiendo en el partido. Las faltas complicaban el camino de las rotaciones a Aurioles con la tercera personal de Karahodzic. Viny Okouo relevaba al bosnio, y le fue bien el asunto al equipo malagueño. Dominaba bajo el aro y recibía personales para irse a la línea de personal. Aunque desconcentrado-bajo porcentaje del equipo al descanso en la línea de tiros libres con 13/23- la ventaja se iba minando punto a punto. David García intenaba una nueva escapada granadina (31-25) cuando se acercaba el Clínicas por medio de Romaric -cuatro puntos seguidos- pero Cristian Uta se hizo grande en la pintura y era difícil de parar. Así, y con todo por decidir, el descanso mandaba a ambos equipos a los vestuarios con 36-32.

Complicada se puso la situación nada más lanzarse el balón a la pista en el segundo tiempo. Covirán Granada volvió a encontrarse con su juego, rápido y aprovechando a sus tiradores para asestar un 6-0 al Clínicas que le dejaba en un momento complicado. Tocaba remar contracorriente, y sobretodo, pelear cada rebote como si fuese el último. El marcador no era favorable y la zona de Pin atragantó el juego malagueño (47-36). La línea de personal daba algo de aire al Clínicas, pero Granada no fallaba en sus ataques y seguía sumando puntos con suma facilidad. Romaric cortaba la sangría granadina con un triple (55-45), pero Pablo García encontró su tiro y no dejaba lugar al acercamiento. Con 60-46 parecía que se desmontaba el equipo, pero Carlinhos robaba un balón e imprimía carácter al Clínicas, que se dejaba la vida sin suerte. Covirán Granada se aprovechó de dos tiros libres con el reloj a cero al final del tercer periodo para sumar dos nuevos puntos, que ponían la distancia entre ambos equipos en 14 puntos (63-49).

Lo peor que le podía pasar al Clínicas era que Granada saliera a matar el partido. No obstante, el equipo de Aurioles no tiró la toalla y siguió intentándolo por todos los medios posibles. Covirán anotaba cinco puntos consecutivos -Berni Castillo y Jesús Fernández eran letales- y hacían levantarse a los más de 2.000 espectadores de sus asientos. La desesperación de no anotar iba haciendo mella en el juego del equipo, nunca en las ganas. Un mate de Okouo maquillaba el electrónico (70-54) pero poco se podía hacer ya ante un Covirán Granada al que se le compitió durante la primera mitad, pero que acabó matando las ganas de un peleón Clínicas Rincón al que se le acabó la gasolina en el momento menos oportuno.