­A las siete de la mañana suena el despertador. De la Cala del Moral a Torremolinos hay un trecho y Carlos de Cobos no quiere hacer esperar a sus pacientes. Su horario en Clínicas Rincón arranca a las 8.30 horas. Lleva poco más de un mes y ya ha aprendido hasta a pasar los seguros de los enfermos por el ordenador. Tiene de 10 a 15 citas diarias y sus pacientes ya saben que por las mañanas les atiende en la sala de fisioterapia de la clínica y que por la tarde juega al baloncesto con el equipo de baloncesto de LEB Plata. Incluso algún lunes, alguno le da ya conversación sobre el partido del fin de semana.

El base del equipo vinculado al Unicaja, a sus 27 años, es un modelo dentro y fuera de la pista. Es el veterano del Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón, con la plantilla más joven en la historia de la entidad. Cuando llega al entrenamiento vespertino, Carlinhos ya ha pasado consulta, ha comido y se va pronto a Los Guindos, para recuperar parte del trabajo que los «niños» realizan por la mañana. Casi siempre sesión de pesas.

Desde que comenzó a trabajar ya no come en su casa y alterna visita a las de su suegra y su madre. Se echa un rato y se va a levantar pesas a las 18.00 horas, porque a las 19.30 hay entrenamiento. Cuando acaba, Carlinhos recoge a Eva y se van juntos a la Cala, para cenar. Y, si quedan fuerzas, para estudiar un rato. Porque además de ser fisioterapeuta y jugador de baloncesto, el malagueño nacido en Sao Paulo estudia Podología.

«Me he matriculado de cinco asignaturas. Ahora estoy con Dermatología, Cirugía del Pie y Nutrición. Voy poco a poco, estudio cuando puedo. Ya estoy con asignaturas de segundo del Grado», explica el jugador con naturalidad.

Lo suyo, sin embargo, parece un pequeño milagro, desde que salió del instituto San José y entró en la carrera de Fisioterapeuta con un 9,05 de nota media (sobre 10). «Estudiaba en el coche, mientras mi madre me llevaba del colegio a casa y de ahí al entrenamiento. Es cierto que cuando llegas a la facultad todo se hace más difícil. Compatibilizar clases y entrenamientos es muy complicado, sobre todo cuando comienzan las prácticas», comenta el jugador de 27 años.

Carlinhos recuerda con verdadero pavor las épocas de exámenes, especialmente en las convocatorias de febrero. «La competición estaba en un punto álgido en ese momento y resultaba complicado, muy difícil. Afortunadamente en el Unicaja siempre he podido compatibilizarlo, hablando con los entrenadores. Y luego en junio era más sencillo, porque habitualmente ya había acabado la temporada oficial y nos limitábamos a entrenar. Aunque es cierto que en el Campeonato de España Júnior lo pasé mal, aunque me adelantaron los exámenes», recuerda el base.

Desde 2009 está en edad sénior, y Carlinhos dejó la LEB Oro con el Clínicas para probar suerte en Granada, en 2011/12. «Ya había comenzado el Grado de Podología y traté de trasladar la matrícula, pero no me resultó nada fácil. Luego me fui a Ourense, Huesca y después he estado jugando en Brasil. Tuve la opción de volver a Málaga, a casa, este curso con el Clínicas y he podido retomar la carrera y estoy muy contento», relata.

La temporada con el Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón está siendo la mar de entretenida. «Soy el veterano del grupo. En cada viaje vienen tres o cuatro júniors, y la mayoría del equipo está en su primer año de sénior», dice.

El equipo de Paco Aurioles afronta este fin de semana un partido importante en casa, ya que los resultados no están llegando. El Clínicas ocupa el puesto 12 de la LEB Plata, con sólo 14 equipos. Empata con el Valladolid, penúltimo, que ya está en puesto de descenso. Y, aunque tendrá la baja de Kenan Karahodzic, debe ganar sí o sí al Zornotza Saskibaloi Tadea de Vizcaya, también con un registro de 3-6, este próximo sábado a las 18.00 horas en el pabellón de San Miguel de Torremolinos.